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Naruto Uzumaki salía dejándonos solas y al observar a la enfermera..

—Lo siento señorita Hyuga— tuve una complicación y por eso llegué tarde..

No se preocupe yo entiendo, él joven que salio me ayudo, pero mañana si la espero para su ayuda..

—Claro que si la señorita Hyuga, Konan-san ya me explico, la verdad estoy muy apenada con usted— es solo que el taxi donde venia chocó y de ahí me retraso, pero le aseguro que no volverá a pasar..

Le sonreía -ella me tomaba la temperatura- y esta había bajado un poco a comparación como estaba, pero aún seguía sintiendo mis mejillas arder, ella se despedía de mi recordándome tomar el medicamento a la hora y diciéndome que mañana nos veríamos.

En cuanto ella salía, yo le marcaba a Konan, ella tenía que saber lo que había pasado y ayudarme con Kiba.

[...]

Había amanecido y no había podido dejar de pensar en ese sujeto y Hinata..

Supongo no eran una pareja normal, pero ¿Cuál podría a ver sido el motivo de su pelea? Sacudía la cabeza, eso ya no tenía por que importarme..

Ahora ella y yo habíamos vuelto a ser unos habitantes más de está enorme ciudad, solo
espera que ella estuviera mejor, más tarde le mandaría un mensaje a su representante y así podría saber su estado de salud, ya no quería más problemas con ella, ni tampoco podía arriesgar mi trabajo..

Tal vez a esta hora ellos ya estarían feliz y abrazados y yo como tonto pensando en ellos.

Después de mi baño, tomaba un rico café e iría hacia mi trabajo, había cumplido mi misión y solo esperaba que ese accidente se olvidará pronto.

Llegaba a la editorial y al saludar a uno que otro compañero..

—Uff Naruto que bien escondido te lo tenías ¡Eh!

¿De qué demonios hablaba? Tal vez estaba bromeando y lo mejor era no hacerle caso ¿Ya habra llegado Shikamaru?

Llegaba a mi pequeña oficina antes de ir a hablar con mi jefe y saber mí próximo proyecto y al abrir la puerta..

—Buen día tesoro..

No lo podía creer ¿Qué hacía ella aquí?

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No lo podía creer ¿Qué hacía ella aquí?

—Huy que cara pones, hasta parece que viste un fantasma y no es así..

¿Quién te dejo entrar aquí?

—Vamos sabes que eso es fácil para mí—han pasado muchos años, no me digas ¿Qué aún me tienes rencor?

Ella se levantaba de la silla, estaba en shock, no esperaba un reencuentro entre nosotros y menos asi de pronto, sin duda el tiempo le había sentado bien, pero yo ya no era ese chiquillo enamorado de ella, ese que le cumplía hasta el último de sus caprichos anteponiendo los míos.

El sol y la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora