El sol y la luna

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Entro a la editorial, mis cinco minutos de relax se acabaron y al llegar a mi oficina y abrir la puerta..

—Bienvenido reportero Uzumaki— veo que hoy fue día de visitas verdad..

Y al verlo sonreír ¿Viste a Ino verdad?

—Solo la vi salir furiosa de está oficina..

No se por que volvió a mi vida Shikamaru, pero estoy seguro que no es para algo bueno..

—¿Y Hinata Hyuga?

«Me sonrojaba al escuchar su nombre, le conté un poco de mi pasado y eso era raro» pues ella y yo somos buenos amigos..

—Vaya locura— pero me da gusto por ti -me levantaba de la silla- y antes de salir de esa mini oficina —¿Te gusta esa escritora verdad Naruto?

Estaba por sentarme en la silla y antes esa pregunta casi me caigo, para nada Shikamaru, ya te dije que solo somos amigos..

Tomaba una hoja cualquiera y fingía estar ocupado, pero veía de reojo cómo shikamaru sonreía..

—«Aunque lo negará, entre ellos había atracción y por algo se empezaba»

[...]

Han pasado unos días y ahora me encuentro tomando un delicioso café del starbucks, estoy escribiendo parte de mi próximo libro, el que está en línea y a la venta va muy bien con las ventas, el señor Sarutobi está contento y feliz con ello, además de que el pequeño accidente que hubo en su lanzamiento ya quedó atrás..

—Hola Hinata que coincidencia encontrarnos aquí..

¡¡Naruto!! Justo estaban pensando en él y ahora estaba frente a mi. Vaya que si ¿Que haces aquí?

—Estoy cubriendo una entrevista con el famoso investigador Orochimaru..

¿Orichimaru-san?

—¿Lo conoces?

Vaya que lo conozco, cuando yo recién inicie mi carrera, digamos que él me dio el empujón de la buena suerte, si gustas te puedo ayudar con tu trabajo, después de todo tengo tiempo libre..

—Vaya eso me sorprende, pero aceptó..

Él pagaba mi cuenta y aunque me negué, empezamos a caminar hacia la salida, hiendo hacia ese hotel 5 estrellas juntos, si Konan me viera estoy segura que se haría ideas que no son.

Pero hacía años que había conocido a Orochimaru y justo hoy lo volvería a ver, después de tiempo alejados..

Entrabamos al hotel y cuando íbamos hacia los elevadores, la puerta metálica se abría y

Yo solo podía sonreírle..

***

Estábamos en el cuarto de la persona que iba a entrevistar, sin duda hoy era día de mi suerte..