Capítulo once.
Sintió ese olor que tanto odiaba. Alcohol.
Con un rápido movimiento se separó haciendo que Ed perdiera el equilibrio y caiga sobre la cama mirando hacia el techo. Él bufó e intentó pararse pero se mareó y volvió a la misma posición en la que estaba. ______ se acercó y lo observó en determinada distancia. Se sentó junto a él y se recostó de apoco.
Ed la abrazó y los dos se quedaron profundamente dormidos.
Abrió los ojos. Una fuerte luz la cegaba. Se levantó de apoco y observó su alrededor. Paredes blancas. Hombres vestidos con batas caminando hacia distintas direcciones. Una enfermera le llamó la atención haciendo que sus pies se muevan y la sigan. La vio atravesar el umbral de una habitación con otros enfermeros más y luego cerrar la puerta. Caminó hacia la ventana que había junto a esta. Una lágrima recorrió por su mejilla al recordar dónde estaba. Apoyó su mano izquierda junto al vidrio y susurró un débil Jason.
Sus ojos se abrieron de golpe.
Pasó sus manos por su cara y de apoco se fue levantando. Maldijo por debajo por haber dormido con sus tacos puestos. Se los sacó y se encaminó hacia el baño. Mojó su cara y tomó un poco de agua. Se cambió de ropa por una más cómoda y se hizo una coleta. Miró el reloj sobre la mesita junto a la cama. Las seis y media de la mañana y no tenía más sueño. Tan solo tres horas durmió.
Tomó una bocanada de aire. Se sacó su calzado y caminó sobre la arena blanca hacia una palmera. Observó el horizonte hasta sentir una mano sobre su hombro. Se volteó bruscamente y observó unos adormilados ojos de color verde.
- ¿Pesadillas? –se sentó junto a ella.
- Solo malos recuerdos –hizo una mueca.
- Yo también sufro de esos –observó como hacia garabatos sobre la arena-. Siempre salgo a caminar cuando me sucede.
Sus ojos de color avellana observaban como el dedo índice de Samuel se movía delicadamente sobre la arena color talco. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Había alguien más en este mundo que entendía como ella se sentía en estas ocasiones. Abrió su boca con intención de hablar sobre otro tema pero nada se le ocurría.
- Solía venir a esta playa con mis papás y mi hermana menor, Mercedes –lo observó.
Su mirada estaba perdida en algún lugar hacia el mar. Sus ojos apagados reflejaban tristeza, pero no se atrevió a hacer alguna pregunta sobre el tema.
Su estómago rugió. Hizo una mueca. Se le había olvidado de la primera comida del día. Samuel la observó levantarse y disculparse por tener que dejarlo solo en playa. Él solo le sonrió.
Repitió el mismo recorrido que hizo antes y entró al comedor del hotel. Ella y una pareja más disfrutaban de la comida que el personal les había servido. Solo se sirvió un poco de fruta con un vaso lleno de jugo de naranja. Se acomodó en una mesa junto a una de las grandes y amplias ventanas. Su celular vibró sobre la mesa.
- “¿Dónde estás?”
Le respondió el mensaje a su dormilón amigo. Una hoja de diario se posó sobre su celular. Levantó su vista. Stuart estaba enfrente de ella con una taza de café en la mano. Se sentó y le hizo señas para que lea el artículo que había separado de las demás hojas.
“Anahí López, ¿la perfecta novia para el famoso cantante Ed Sheeran?”
Sonrió triunfante. Stuart le ordenó que siga leyendo. Posó su vista en el diario.
“En la tarde del domingo quince de diciembre, el cantante Ed Sheeran, en sus costosas vacaciones por las playas de Río, tuvo una pelea con su amante, Anahí López, mientras disfrutaba de un agradable almuerzo con su novia ______ _______...”
- Pero yo no almor…
- Seguí leyendo.
“… Fuentes cercanas comentaron que Anahí López intentó llamar la atención del cantante para poder tener más privacidad con él…”
- Esto es ridículo –dejó de leer-. Estas perjudicando la misma carrera de Ed, y lo sabes.
- La gente ya no busca simples historias de amor entre los famosos –dio un sorbo de su café-. Buscan peleas, dramas, cosas para entretenerse.
- El problema es que Anahí no es famosa.
- Ahora lo es.
Entrecerró sus ojos y apoyó su espalda sobre el respaldo de la silla.
Miró por la ventana.
Las personas comenzaban a salir de sus casas con sombrillas y reposeras para ir a la playa. Muchas chicas ya estaban mostrando sus bikinis, mientras que otras solo llevaban un short con una remera y recogían su cabello en un simple rodete.
Todos sonreían sin importarles sus problemas.
Sonreír.
Esa palabra ya no estaba en su vocabulario. Pocas veces sonríe, pero nadie se ha dado cuenta… Por ahora.
- ¿Todo bien? –Ed se sentó junto a ellos con un plato de omelette.
- Sí –miró hacia _____-. Estábamos leyendo el diario para saber el clima.
Miró la hoja y rápidamente la tomó para ponerla sobre su regazo bajo la mesa-. Parece que por la tarde va a llover –intentó que Ed no se diera cuenta de sus movimientos, pero parece que él estaba perdido en su plato de omelette.
- ¿Pasa algo Ed? –le preguntó Stuart.
- Necesito hablar a solas con vos.
