Maraton!! (1/5)

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Capítulo dieciséis. 


—Haber si entiendo. —Agarró una caja con comida china—. ¿Estás ignorando a tu amigo famosito para que se sienta mal? Eso es ridículo. Creo que estas ganando que él deje de preocuparse por vos. 
Tomó un sorbo de cerveza. —Fue idea de Healey.
—El chico tiene que saber que perdió a alguien muy especial en este mundo.
Samuel rodó los ojos. —No sigas los concejos de ella. Lo vas a perder. —Llevó un poco de los fideos agridulces hacia su boca—. El pobre te debe amar mucho si no se dio por vencido. ¿Hace cuánto no se ven?
—Hace un mes y dos semanas.
—Pobre, cuenta los días. —Se burló su amiga mientras miraba la televisión. 
—Anoche mientras dormías, —Todos miraron en dirección a Chaz—. Pasaron en las noticias que Ed te dedicó una de sus canciones en uno de sus conciertos. 
—Oh, escuche algo en el almuerzo. Angélica y Rebecca, de biología, hablaban sobre eso. Te tenían envidia. —Agregó Healey.

Todas las miradas se dirigieron hacia _______________. ¿Qué podría decirles? Le gustaba que Ed le haya dedicado una canción, es más, lo empezaba a amar más. Pero algo en su interior le impedía perdonarlo. Días antes, alguien llamó a su puerta. Cuando fue a abrir era un joven sosteniendo un ramo de flores con una nota. Rosas rojas. En la nota, Ed le escribía cuánto estaba apenado por lo que pasó y que necesitaba que lo perdone.

Había asumido que solo la miraba como su amiga. Eso la destrozaba por dentro. 

—Ignóralo. —Dijo viendo como su celular se movía por el modo vibrador.
—Atiende, él necesita que le hables.

Samuel se adelantó y le entregó su celular. Hizo señas a Chaz y este tomó en brazos a Healey. Los tres salieron por la puerta y le dieron más privacidad. Tomó aire y presionó la tecla verde.

— ¿Hola? —Habló indecisa.
—_______________ que suerte que me atiendes. No sabes cuánto extrañaba el sonido de tu voz.
Se movió incómoda. — ¿Qué quieres? —Su tono se volvió frío.
—Pensaba que podríamos juntarnos… algún día de estos. Tengo una semana libre. Pensaba en invitarte a cenar.
— ¿Los dos… solos? —Él asintió—. Depende que día. 
— ¿Puede ser este sábado? Podrías venir a mi departamento. Como hacíamos antes.
—Veo si puedo.
—Intenta que sí.
Entrecerró sus ojos. —Adios, Ed.
— ¡No! Espera…

Presionó la tecla de color rojo. Cerró sus ojos y suspiró. Caminó hacia la puerta y la abrió dejando caer a tres personas apoyadas en la puerta. Al levantarse sacudieron sus ropas y sonrieron.

—No estábamos espiando. —Habló Healey.
—Solo nos dolía la espalda.
—Y pensamos que si nos apoyamos en la puerta se nos pasaría. —Agregó Chaz.
—Claro. Dolores de espalda. —Rodó sus ojos y los dejó entrar nuevamente a la habitación.

Los tres se miraron entre ellos. Volvió a entrecerrar sus ojos. 

— ¿Qué pasa?
— ¿Van a salir? —Preguntó Samuel.
—Me invitó a su departamento el sábado. Va a cocinar.

Healey levantó una ceja y miró a Chaz. Este se encogió de hombros y se dirigió hacia el sofá.

— ¿Algo más te dijo? —Negó con su cabeza—. ¡Bien! —Exclamó—. Pensé que se iba a poner cursi, como lo hace en sus canciones. —Caminó hacia el sofá y se sentó junto a Chaz.
Samuel le sonrió. —Yo me voy. Mañana vengo temprano con el desayuno. —Cerró el cierre de su campera—. Que descanses. Mañana es tu último examen de la semana. Espero que todas las horas que pasaste leyendo ese libro den sus frutos. —Lo señaló.
— ¿Cuánto tiempo te quedas en Londres?
—Dos semanas. Volveré para las vacaciones de verano, o invierno, en mi caso. —Los dos rieron.
Sacó la llave de la cerradura. —Por cuestiones de seguridad de la universidad, todos tenemos que cerrar la puerta con llave. Acá, todas somos chicas. Ninguna es despistada como los chicos.
—Entonces tendrás que bajar conmigo para abrirme la puerta.
—Exacto.

Give Me Love (Ed Sheeran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora