Capítulo diecisiete.
Lo observó por unos segundos y miró a su amiga. Tenía su mirada seria y luego la cambió por una mirada divertida. Levantó una ceja y se puso enfrente de Ed separando las manos entrelazadas que se interponían.
— ¿Qué te trae por aquí, famosito?
—Venía a hablar con ______________. —Dijo sin apartar su vista de _______________.
—Oh. —Hizo una pausa—. ¡Entonces me voy! —Sonrió mostrando su dentadura blanca.
Entrecerró sus ojos castaños y la siguió con la mirada hasta que se perdió por la puerta de salida. Unos brazos la rodearon. Confundida se volvió y se encontró a un Ed abrazándola. Extendió sus brazos y lo abrazó también.
—Te extrañe.
—Yo igual.
— ¿Quieres ir a tomar algo?
—Todavía tengo una clase pendiente.
—Entonces te espero. —Se sentó en el lugar donde estaba Healey antes.
Tomó la manzana que había sobre la bandeja y la comenzó a comer. Lo observó por unos segundos hasta que volvió a tocar el timbre. Agarró su jugo que estaba sobre subandeja de color azul y tomó un sorbo.
—Bien. Dentro de un rato vuelvo.
—Sigo pensando que Brasil me descolocó un poco de lugar.
— ¿Un poco? —Le sonrió burlonamente.
Rodó sus ojos. —Bueno. Me descolocó mucho de lugar.
La nieve comenzaba a caer y a llenar las calles con más nieve aún. El suelo estaba muy resbaloso y era la quinta vez que ________________ se caía en el día. Ed intentaba aguantarse la risa, pero luego caía en la tentación.
Llegaron a una tienda donde vendían pastelitos y había mesas donde te podías sentar y pedirte un café, o un chocolate caliente. Un muchacho rondando los veinte años, se acercó a su mesa y sonrió en dirección a la castaña que tenía sus ojos perdidos en el rostro de Ed.
—Los dos pedimos chocolate caliente con dos pastelitos de frambuesa.
—Está bien. —Anotó en su libreta—. ¿Algo más?
—No. —Respondió secamente al darse cuenta que el mesero miraba a _______________—. ¿No piensa retirarse? —Intentó ser lo más educado posible.
Miró en dirección a Ed y sin protestar se retiró. Soltó un suspiro y miró a _______________. Ella le sonrió tímidamente mientras sacaba una revista de su bolso. Comenzó a pasar página por página pasando las propagandas de marcas de ropa y lencería.
— ¿Cuántos años te faltan para terminar la universidad?
—Este año y otro más.
Asintió con la cabeza. — ¿Luego que piensas hacer?
—Todavía no lo sé. Me gustaría ser una fotógrafa que les saque fotos a las modelos para las revistas. Ya sabes, como Seventeen, Vogue, entre otras.
Volvió a enfocar su vista en la revista y pasó otra página. Sacó una lapicera del pequeño bolsillo de su campera que tenía para los exámenes, y comenzó a hacer un test que había. Ed la observaba mientras ella hacía muecas extrañas y marcaba su respuesta. De golpe cerró la revista y lo miró.
—Me pones incómoda.
— ¿Por…?
—Me molesta que las personas me miren fijamente. —Lo interrumpió—. Creo que ya sabías eso. —Volvió a abrir la revista.
—Intentare no mirarte fijamente.
—Por favor.
Sacó su celular del bolsillo delantero de su buzo canguro de color naranja.
Llamada perdida de Stuart.
Marcó el número de su manager. Un… dos… tres pitidos y no contestaba. Volvió a marcar el número.
—Stuart habla. —Se escuchó del otro lado del parlante del celular.
— ¿Pasó algo?
—No. Solo quería saber en dónde estás y con quién.
—Estoy con _____________ tomando un chocolate caliente.
—Ah. —Exclamó—. Espera, ¿con la ___________ que conozco?
—No creo que yo conozca otra ____________ que vos no conozcas.
— ¡Al fin! ¿Ya te le declaraste? Sabía que pod…
—Todavía no llegue a esa parte.
— Díselo ahora.
— ¿Ahora?
La castaña frunció el ceño.
—Ahora. —Pudo escuchar—. Nos vemos, Ed, y que no se te olvide de decírselo hoy.
Dejó su celular sobre la mesa y levantó su vista. Los ojos avellana de _____________ lo miraban entrecerrados. Pasó nerviosamente su mano por su cabello color anaranjado despeinándolos.
— ¿Qué tienes que decirle a alguien hoy?
—Algo.
—Bien. —Apoyó sus codos en la mesa acercándose un poco—. Por lo menos quiero saber a quién se lo vas a decir.
—A alguien.
—Mándale saludos de mi parte a alguien.
—Se los haré saber.
Puso sus ojos en blanco y continuó leyendo su revista. A los pocos minutos volvió el mismo mesero con una bandeja que contenía dos tasas de chocolate caliente y dos pastelitos de frambuesa. Los dejó sobre la mesa sin antes darle una sonrisa pícara a ______________e irse.
—Ahora nadie se te declara. Tenes que estar adivinando si gusta de vos o no. —Soltó un suspiro—. Pero luego son los mismos que pierden.
Tragó con fuerza el bocado de su pastelito y tomó un sorbo de su chocolate. Miró por la ventana hacia afuera y notó que estaba oscureciendo. Pagaron la cuenta y volvieron a caminar por el mismo trayecto que ya habían hecho para volver a la universidad. Los niños que vivían en esas calles, correteaban de un lado a otro jugando con la nieve. Varias veces _____________ se resbalaba y Ed la ayudaba a no caerse.
— ¡Niña! —Sintió que le gritaban mientras cruzaban el campus. Volteó y era Healey—. Voy al centro, ¿queres tus asquerosos maní con chocolate?
Asintió con su cabeza. — ¿Vas al departamento de Chaz?
—A la vuelta paso, ¿por?
—Necesito un libro de su hermano Julián.
—Bien. Le digo que te llame. ¡Nos vemos!
Volteó nuevamente y fijó su mirada en el suelo. Pisando cuidadosamente llegaron al edificio de las mujeres donde podían ver como los demás alumnos patinaban sobre el hielo del lago artificial.
Se paró en frente la puerta de entrada y se volteó. —Nos vemos el sábado.
— ¿Mañana puedo venir?
—Trabajo. Si quieres ven a las seis y esperas una hora a que vuelva.
—Bien. A las seis vendré.
Le sonrió y se volteó para poder abrir la puerta. Unos brazos la dieron vuelta y le hicieron ver unos penetrantes ojos azules. Ed se acercó y juntó sus labios con los de ella.
—Oh, casi me olvido. ___________ te manda saludos. —Le sonrió pícaramente.