Capítulo veinticinco.
Era la tercera vez que corría al baño a vomitar.
Su reflejo en el espejo era pálido y sin vida. Eso le estaba preocupando.
Tomó su celular con sus manos temblorosas y marcó lentamente el número de Healey.
— Necesito tu ayuda.Healey había conocido hace unos días a un nuevo estudiante. Su nombre era Jerry. Vivía en Doncaster, pero por comodidad decidió mudarse a Londres, donde en su primer día de alojamiento en la universidad había conocido a Healey. Ella por primera vez se había comportado bien con una persona, casi nunca hacía eso. Se habían tomado un día libre sin estudios para conocerse mejor.
Ambos se encontraban en la cafetería cerca de la universidad tomando un batido de chocolate. Entre risas y carcajadas, sonó el celular de Healey.
Al escuchar la voz temblorosa de su amiga, decidió dejar el encuentro para otro día.
— Lo siento. —Fue lo último que le dijo a Jerry.
Tomó sus cosas y corrió hacia la universidad. Al entrar a la habitación, encontró a su amiga intentado tragar una pastilla para sus náuseas.
— ¡No! —Gritó la rubia y con un movimiento le hizo escupir la pastilla de su boca.
— ¿Qué te pasa? Tengo náuseas, no me siento bien.
—Mira. —La condujo al sofá y la hizo sentarse—. El doctor me dijo que era muy común que tengas náuseas después de haberte desmayado de esa forma el otro día. Me dijo que te diga que hagas reposo y tomes mucho líquido. —Le tomó la mano—. Ahora me vas a hacer un gran favor y te vas a acostar. Vas a cerrar tus ojitos y vas a intentar descansar, ¿bien? Yo tengo que hacer algunas cosas, así que no voy a poder quedarme con vos esta tarde.
—Pero no tengo sueño.
—Entonces lee acostada, pero no te esfuerces en hacer cosas. —Caminó hacia la puerta—. Ahora llamo a Ed para que venga a hacerte compañía, ¿sí? —Se dio vuelta y le sonrió—. En la noche vuelvo.
Cerró la puerta tras ella y decidió mandarle un mensaje a Ed.“____________ necesita que la acompañes esta tarde. Hoy no puedo estar con ella.”
Mientras bajaba por las escaleras decidió hacer una llamada.
— ¿Hola? —Contestaron de la otra línea.
— ¿Stuart? Soy Healey, la amiga de ____________.Se despeinó y se volvió a peinar con sus manos su pelo anaranjado. Tomó su guitarra, su celular, y salió para tomar un taxi e ir a la universidad donde estaba ____________.
Cuando recibió el mensaje de Healey, no dudó ni un segundo en ir. Lo ponía feliz en pensar que iba a estar toda una tarde juntos, y como estaba enferma, él iba a cuidarla.
Pagó el taxi y bajó del auto.
Mientras caminaba por el estrecho entre la universidad y los dos edificios de las habitaciones, muchas chicas dejaban de hacer lo que hacían para verlo pasar. El rumor en que él y ______________ estaban en una relación amorosa, ya se había esparcido por toda la universidad. Sin contar que algunas fans la insultaban por twitter. Eso le molestaba. Porque las mismas que la insultan, fueron las que querían que él tenga una novia, y cuando la tiene ya no quieren. No las entendía.
Entró al edificio, donde estaban las habitaciones para las mujeres, y subió las escaleras. Tocó dos veces la puerta de la habitación de ____________ y Healey. Un minuto más tarde, una ____________ adormilada le abrió.
Su cabello castaño, que le llegaba a la cintura, estaba despeinado y llevaba su maquillaje corrido. Se había puesto su pijama, que era un short blanco y una remera gris.
Ed la abrazó y la besó. — ¿Cómo te sientes? —Le preguntó separándose un poco de ella.
—Un poco mejor. —Contestó esta con una mueca—. No he parado de vomitar desde la mañana. Me siento… extraña en algún sentido. Healey no me cuenta mucho lo que le dijo el doctor sobre mí. Hoy me acabo de enterar que le había dicho que tenía que hacer reposo y tomar mucho líquido. —Ed cerró la puerta y dejó su guitarra al costado del sofá—. ¿Ella te contó algo que no sé?
—No. —Se sentó y le hizo señas para que se sentara junto a él—. El último día que hable con ella, fue hace una semana cuando estabas en el hospital. Me dijo que te encontrabas bien, que no era nada grabe. Pero… antes. —Comenzó a recordar—. Había discutido sobre algo con el doctor. No me dijo qué. No me lo quiso decir.
— ¿Crees que Healey nos está ocultando algo? —Lo miró a los ojos cuando se sentó junto a él.
—Pienso que sí.—Healey, querida. ¿Qué te trae por aquí?
Stuart la había citado a su casa para que pudieran hablar más fácilmente sobre el tema que Healey quería hablar con él. Era sobre el embarazo de _____________. Quería saber qué consejos le daría él sobre si contarle a Ed o no sobre eso.
La condujo hacía una habitación donde había una mesa con varias sillas y le hizo unas señas con las manos para que se sentara.
—Bien. Ahora sí. Cuéntame de qué querías hablarme.
—_______________ está embarazada. —Soltó sin pensarlo.
Stuart al principio no le creyó, pero luego al ver la seriedad de su cara y el tono de su voz al explicar la situación le creyó. Se sentó en la silla que se encontraba en la punta de la mesa mientras Healey seguía explicando y llevó sus manos a su cara haciéndose masajes en la frente para formular lo que le decía a él.
— ¿_______________ sabe sobre esto? —Preguntó una vez que la ojiazul terminó de hablar.
—No. Esta noche estoy pensando en hacerlo.
—Y cuando lo hagas te ordeno que se vayan de la vida de Ed. —La miró serio.
— ¿Perdón?
—Deben irse de aquí. Si la prensa se entera que _______________ está embarazada van a pensar que es de Ed. Eso va a perjudicarlo en la carrera. No llevan más de dos meses y la niña está embarazada, ¿no pensó en cuidarse?
—Tomó las pastillas equivocadas. —Intentó tranquilizarse—. ¿Y si le mentimos a la prensa y les decimos que _____________ está embarazada de otra persona?
—Va a arruinar la imagen de ambos. Van a pensar que ella lo engañó a él.
—Oh dios.
Esas fueron sus últimas palabras dirigidas a Stuart. Éste le dio un mes para que se puedan mudar a América del Sur, lejos de Ed. Le dijo las condiciones de cómo debían hacerlo sin dejar al pobre de Ed en un mar de lágrimas.
—Dentro de una semana, Ed tiene que formar parte del Red Tour de Taylor Swift. Se va de Londres por unos meses. Ustedes dos, van a aprovechar en borrarse. Él no se tiene que enterar del embarazo, ni la prensa se tiene que enterar. Para eso se van a ir a otro país. Mientras más alejadas de Ed estén, la prensa menos las va a molestar por las calles. Y menos en un lugar como el sur de América. No hay muchos famosos conocidos, y a ellos no les interesa esa parte del continente americano. Cada mes les enviare plata para que puedan comprar comida, y les sobrará para que compren cosas para el nuevo bebé y para ropa nueva para ____________ por estar embarazada. Nos mantendremos en contacto por si le pasa algo a _______________. Cualquier dolor que ella tenga me lo haces saber. Ahora, ve hacía la universidad y le cuentas todo lo que me contaste a ella, y luego le cuentas lo que te dije, ¿sí? Espero que les vaya bien. —La abrazó—. Del resto me encargo yo.