Capitulo 2 Naruto

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- Y que se supone que haga, voy a parecer un viejo verde que ira a comprar a una esclava sexual – dije furioso- búsquese otra persona Sasuke, no quiero manchar así mi nombre.

Cómo se atrevían a pedirme algo así, si lo sé, no soy el mejor tipo: soy un maldito mujeriego, pero aun así no tenia la necesidad d recurrir a una "esclava sexual" el solo pensarlo me producía asco, como podían existir hombres que hagan la idiotez de comprar a una niña para que les haga favores sexuales, yo por lo menos no lo necesitaba y estaba agradecido con Dios que me hiciera increíblemente llamativo para las mujeres, sin embrago ahí estaba yo negándome a aquel favor que me pedía mi mejor amigo Sasuke, un detective de la policía, es que acaso pensaba que yo no tenia dignidad.

- Oh vamos viejo, encajas perfectamente en el papel: Millonario, Mujeriego, Guapo y reconocido solo piénsalo: Te dejaran entrar sin revisarte y podrás decirnos lo que ves y así nosotros confirmaremos nuestras sospechas y ejecutaremos nuestro plan FIN- me dijo Sasuke sin descaro alguno, mientras Shikamaru apoyado en una pared se reía.

Okey lo admito esa era mi descripción: Naruto Uzumaki el típico playboy millonario y mujeriego, pero jamás entraría a un lugar como ese suficiente con mi secretaria, según Sasuke el plan era simple: Entraría como un infiltrado y gracias a mi "famita" los guardias no me revisarían nada, ya adentro con un micrófono ocultado daría información de lo que veía y una vez confirmado que aquel lugar era un lugar de mercado de personas mis amigos y su equipo entrarían a sacarle "la madre a todos" para decirlo de forma simple.

La verdad no me llamaría la atención hacerlo, sin embargo por casualidades de la vida el lugar de aquella discoteca como la pintaban los dueños, era el lugar perfecto donde quería poner una sede para ampliar el mercado de mi producto; Los dueños se habían rehusado a venderme el lugar y cuando decidí contárselo a Sasuke un día tomándonos un trago entendí la razón: la discoteca tenia dos pisos y un sótano: Los dos primero pisos era una discoteca pero el sótano, según las investigaciones de Sasuke era un lugar donde vendían: esclavas sexuales, solo imagínelo vender cuerpos humano de señoritas el solo pensarlo me revolvía el estómago.

- Si las sospechas son ciertas el estado prácticamente te regalara el terreno por haber ayudado con la investigación y nos libraremos de impuestos así no sé por qué te quejas – dijo mi abogado Shikamaru- que fastidio.

- Y dices que yo me estoy quejando y eres tu el tiene fastidio de todo- dije con desgano- esta bien, ustedes ganan lo haré.

- Perfecto, mañana en la noche, ve tranquilo y lleva dinero ah y ponte esto debajo de la corbata o en tu pecho-dijo Sasuke entregándome el micrófono que nos ayudaría en esta misión.

- Okey ¿algo más? - Pregunte con desgano – Oh ya te puede ir mama jajaja.

- Muy gracioso Naruto, solo no la arruines, hasta luego iré a decir en la comisaria que aceptaste y que haremos el operativo mañana en la noche.

- Y de paso coges con alguien, a ver si se te quita lo amargado - grite para que el escuchara.

- Cállate maldito- me respondió Sasuke sacándome el dedo medio y cerrando la puerta al irse.

- En que piensas Shikamaru, estas mas callado que normalmente – le dije mientras el se acercaba a mi.

- ¿Te comprarías una? – me dijo mirándome fijamente- estuve investigando y cuando las compras adquieren tu apellido así se vuelven prácticamente tu propiedad.

- ¡ESTAS LOCO! - le grite- yo no necesito una de esa suficiente con Shion.

- Ah verdad tu secretaria no sé qué le vez, esta mas vacía que un bambú- me dijo asqueado.

- Bueno eso no importa lo que importante es que tendré un terreno gratis para mañana.

Shikamaru y yo vimos unos papeles más sobre la construcción de las nueve sedes definitivamente nos ahorrábamos un gran dineral, así que estaba emocionado. Me quede dos horas más en la empresa mientras Shikamaru se iba con su hija que lo esperaba, yo me quede con la excusa de querer ver algunos asuntos más, pero mi triste realidad es que no quería volver a casa.

No había nadie allí esperándome era un huérfano de madre la cual murió cuando yo tenia 1 año y mi padre se suicidó tres años después por el dolor que era vivir sin el amor de su vida. A pesar de que me crió con amor mi padre, cuando tuve 4 años encontrar a mi padre muerto en la sala no era la imagen mas linda que digamos me llevaron a un orfanato y no decía ni una sola palabra aquella experiencia me traumo y aún conservo recuerdos de ese día que me perturban de vez en cuando.

Fui huérfano durante 4 años, hasta que una pareja de ancianos me adoptó, a pesar del amor que me ofrecía Tsunade y Jiraiya yo no hablaba y no quería hacerlo incluso me negaba a recibir cariño por parte de ellos, hasta aquel día en que Jiraiya por primera vez me pego una cachetada, por haber mordido a Tsunade la cual intento abrazarme.

-Ya tienes 10 años y puedes diferenciar quienes son los que te aman de verdad – me dijo con lágrimas en los ojos- la vida continua tienes dos opciones rendirte o seguir.

En ese momento los vi y a la edad de 10 años entendí que mi última opción era rendirme, tenia que continuar y tenía a dos personas que me amaban rompí en llanto los abrasé y le pedí perdón a Tsunade.

Las cosas mejoraron para mi era muy habilidoso así que me volví el mejor estudiante de mi salón y A los 15 años me gradué de secundaria, logre hacer preparatoria en un año e ingrese a la universidad donde estudie negocios y administración de empresas. Jiraiya ya tenia una pequeña empresa la cual ahora se ha vuelto una multipropiedad millonaria a pesar de que Jiraiya logro que la empresa estuviera a flote no tenía mucho conocimiento, el cual yo al terminar mis estudios le otorgue.

A la edad de 20 años la empresa creció muchísimo y al obtener mi título Jiraiya transfirió la empresa a mi nombre, sin embargo, yo le deje a él y Tsunade el 50 por ciento de acciones quería atribuirles lo que se merecían, ya tenia 25 años y la empresa iba demasiado bien. Compre una casa para mi para independizarme a pesar de algunos inconvenientes con el amor me encontraba con que la única tristeza en mi vida era llegar y no encontrar a nadie en esta casa. Maldita sea estábamos en Estados Unidos el país mas grande del mundo y no existía una sola alma que no se fijara en el dinero. Me obligué a salir de la computadora y llegar a mi casa encendí las luces y solo me encontré con mi sombra.

Eres mi realidad- NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora