Un Harem no deseado. [Terminada]

Capítulo 15: Los hijos del Mar.

Capítulo 15: Los hijos del mar, con hamburguesas saben mejor.

—Sueltalo —Renegaba el chico de ojos violetas.

—Tu sueltalo —Decía el latino.

Ambos tenían miradas furiosas contra el otro. Últimamente las cosas entre ellos no habían hecho más que escalar y el chico que iba en medio de ellos, estaba ajeno a todo, a pesar que cada una de sus manos era presa de alguno de los chicos. Estaba sumido en un sueño profundo.

—Callense los dos —Dijo una voz fría desde la parte de adelante de la camioneta en la que iban —Prometo que si el llega a despertarse, ambos caminaran descalzos hasta nuestro destino amarrados al auto —Les dio una mirada mortal, lo que hizo que ambos se hundieran en sus asientos.

—Gracias —Soltó una castaña que iba a la ventana en el asiento detrás de la rubia, ella frotaba sus sienes. Ya llevaban en el auto cerca de una hora y su dolor de cabeza no había hecho más que aumentar.

—Al menos Tritón está durmiendo —Mencionó el azabache que iba en la otra ventana de los asientos del centro.

—Después de lo que ha pasado, se lo merece —el rubio acomodo sus lentes mirando la mano del azabache que estaba a su lado, esta reposaba inquieta sobre el asiento, tenía tantas ganas de tomarla.

—Cuéntame de nuevo toda esa pelea —Decía la chica que iba conduciendo la camioneta, la rubia a su lado negó con la cabeza.

—No sé que le ves de entretenido a eso —Bufo la rubia, la otra chica soltó una risa.

—Sus historias siempre son divertidas, Hazel nos estuvo contando bastantes —Río ella.

—Claro, la romana burlándose de los pobres griegos y sus desgracias —Soltó desde atrás la otra castaña.

—Es que siempre es divertido y más ahora que tendré tiempo para esto —Soltó la castaña de adelante —Me alegro que hayan podido venir, aunque tuviera que venir a arrastrarlos yo misma —

—Nosotros nos alegramos de que nos llevaras en la camioneta, no creo soportar un bus lleno de "pretendientes" —Rodó los ojos el azabache.

—Lo sabemos Percy, además no creo que Tritón soportara tampoco un viaje con Dionisio —Miro por el retrovisor —Disculpa por eso, pero tu padre es molesto —

—Lo sé, soy consciente de ello y que prácticamente lloro cuando le dije que yo podía ir con él —Sonrió Polux que iba a lado de Tritón.

—Y el agradecería que soltaras su mano —Medio gruño el latino al otro lado de Tritón.

—El es quien me tomo la mano, así que no tengo porque soltarla —Le saco la lengua a Leo.

Desde hace días que varios en el campamento se disputaban la atención de al menos un hijo del mar. Más que nada Leo, Jake y Polux, con respecto a Tritón. En especial desde que se les prohibió a los dioses —En especial el Dios a cargo del campamento— cualquier acercamiento con él, por cuestiones de salud.

—¿Qué pasó? —Tritón soltó sus manos de sus dos acompañantes y frotó sus ojos. Polux y Leo sintieron terror de la mirada que les dio Annabeth, habían hablado muy duro.

—Nada, aún no llegamos Tritón —Mencionó la rubia mirándole por el espejo del auto, Reyna que era quien conducía estaba riendo por esto.

—¿Cuánto falta? —Trato de enfocar la vista, aún estaba más dormido que despierto.

—Si seguimos a este ritmo sin detenernos, al menos una hora y media más —Mencionó Reyna mirando el camino —Así que ¿Dios mensajero de los mares y controlador de las mareas? —