Cita Mortal

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— Bien, voy a conectarme.
Espero que haya alguien disponible.

Alesha era una muchacha que como cualquier joven al fin y al cabo, disfrutaba divagando por páginas web de citas virtuales.

— Este sí, este no. Este me parece muy mono.

Pero lo que no sabía, era que esto se le podría virar en su contra, algún día. Entre los sujetos de su preferencia, se encontraban los más musculosos y con un ligero toque de bronceado. Más bien, como el típico prototipo de salvavidas de playa.

Hola, ¿estás? ✔️✔️

...✔️✔️

Parecía que había dado con el hombre indicado. No tenía ninguna foto de perfil, pero su nombre de usuario daba mucho de que desear: the_Darling_Heaven.

Con el tiempo, fueron conversando más y más. Debido a la descripción que le había dado el desconocido a Alesha, esta parecía muy interesada. Creía que ya era momento de conocerse en la vida real.

Veámonos en la puerta de atrás de la gasolinera. ✔️✔️

Sí, a las 11:15. No demores. ✔️✔️

La chica estaba muy emocionada por aquello, incluso dedicó tiempo a maquillarse, y vestirse como si de asistir a una boda se tratase. Ya una vez en el lugar, esperó y esperó, así que decidió irse. Al escuchar un sonido se dio vuelta, para ver próximamente una mano con un pañuelo cubriéndole la boca y la nariz. Lo siguiente que vio fue un túnel, y muy oscuro. Sin luz al final.

Pasadas unas cuantas horas, Alesha despertó. Para darse cuenta de que estaba esposada, desnuda y tendida en un lugar muy alto. En lo que parecía ser un laboratorio abandonado, quizás. Eso no importaba. De un momento a otro, un sujeto con una capucha comenzó a acercársele. Ella temía por su vida, temblaba.

— ¿Viniste hasta maquillada? Semejante interés por mí, debo decir.

— ¡Déjame ir ahora mismo! —reclamaba la víctima en vano.

— No, no. Ahora viene lo interesante. Sabes, nunca confíes en desconocidos. ¡Empecemos a jugar!

El sujeto sacó de detrás de sí una pinza con la que bruscamente comenzó a arrancar uña por uña de su víctima, dejando la carne al descubierto. Aquello lo excitaba, era fabuloso para él.

Los gritos de dolor inundaban el cuarto, pero tratándose de un lugar inaccesible, estos serían en vano. Después con ayuda de una polea manipulaba el cuerpo de la muchacha hasta no poder más, para debilitarla. Le sacó los ojos con par de cucharas, le arrancó el cuero cabelludo con un rastrillo. Parecía una muñeca demacrada. Casi al morir la chica debido a la pérdida de sangre, el asesino recordó lo más importante: enterrar una aguja en su corazón como recordatorio para más adelante. Sin hacer nada más, la joven dejó de respirar.

— ¿Eh? ¿Ya murió? ¡No me entretuvo lo suficiente! Bueno, supongo que tendré que buscar muñecas de trapo más resistentes.

Ya en su lugar de trabajo, procedió a sentarse frente al teclado. Con una sola luz en todo su cuarto, se veía como ingresaba a un sitio web popular de citas con una cuenta llamada the_Darling_Heaven.

Historias Escritas con Sangre de RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora