El Ataque

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Un perro común de color miel se encuentra mirando atentamente un reloj en la pared mientras está acostado en la cama de su amo, al faltar un minuto para las ocho de la mañana se levanta y se dirige a lamer la cara de su amo despertándolo.

Héctor: -Jajaja ya desperté Ares, ya desperté- le dice entre risas aún lamiendo su cara, Ares se detiene y su amo voltea hacia su lado derecho donde está su teléfono sobre una mesita. Al agarrarlo se le notan moretones en los nudillos pero que ya tienen tiempo recuperando el color natural de sus manos, agarra el teléfono y lo prende para checar la hora.

-Bien hecho Ares- le felicita mirándolo y su perro ladra feliz de lograr su objetivo matutino, desbloquea su teléfono, se coloca audífonos en los oídos y pone música de su lista de reproducción.

Luego de darle al play entra a su WhatsApp para buscar a su novia entre los contactos. Al encontrarla entra al chat y empieza a escribir.

Buenos días!!!😃

Ya es hora de despertarse😁

No le aparecen las palomitas en azules, por lo que supone que está todavía dormida. Finalmente se levanta de su cama de un salto totalmente animado y se dirige al baño mientras Ares lo sigue.

Hace de sus necesidades, se baña, se lava la cara y cepilla sus dientes mirándose al espejo viendo a un chico con el pelo un poco largo pero con un copete para que no le bloquee la vista y con unos ojos oscuros tarareando la música. Escupe la pasta mezclada con agua y se da una sonrisa a sí mismo para verificar sus dientes.

-Perfect (perfecto)- se dice a si mismo alzando un pulgar en signo aprobación, regresa a su habitación para cambiarse de pijama a ropa deportiva a la vez que le pone la correa al perro. 

Sale de su departamento dúplex de 4 casas y camina un poco hasta la puerta de la reja de la calle que también tiene una salida de autos. Cierra la puerta y empieza a correr junto con Ares un largo camino.

Mientras corren el canino ve a un gato cerca de un carro por lo que corre hacia él jalando a Héctor.

Héctor: -¡Ares no!, ya te dije que no puedes comer gatos- lo regaña jalándolo para volver al camino original.

Terminan su ejercicio y regresan a casa, al entrar le quita la correa y corre a tomar un poco de agua al igual que Héctor en un vaso de plástico. Al refrescarse un poco se tira al suelo y comienza a hacer varios ejercicios.

Al finalizar regresa a su cuarto donde se quita la playera enfrente de su espejo y revisa que sus músculos apeeenas están empezando a marcarse.

-¿Qué dices Ares?, algún día alcanzaré el cuerpo de Thor o de Superman ¿no crees?- le dice con una sonrisa optimista teniendo esperanza de que tenga un cuerpo así, Ares solo le lanza un ladrido apoyándolo en ese sueño.

Luego de ver el progreso de sus ejercicios se pone una camisa junto con pantalones de mezclilla, tenis y unos guantes de cuero con los dedos expuestos con la intención de ocultar los moretones de los nudillos, luego camina a la cocina donde encuentra una nota pegada en la puerta del refrigerador:

Lo siento, no tuve tiempo de hacer la comida así que por favor has de comer, te dejo dinero para que vayas al mercado.

Con amor, tu madre.

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UN ÁNGEL EN LA GUERRA, El Surgimiento del Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora