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Tristán abrió la puerta, que crujió por la antigüedad de su madera.
Y entró, arrastrando los pies.
Sin encender ninguna luz, se dirigió hasta la cocina, y abrió el refrigerador.Lo único que vió, fue un bote con leche caducada, y un solo huevo.
Soltó un gruñido de enfado, y azotó la puertecilla.
Yo lo observaba aún desde la puerta de entrada, quieto, sin saber qué hacer.
El frío que entraba a mis espaldas me calaba hasta los huesos, pero no podía moverme; no podía respirar siquiera, ¡Todo fuera por evitar que Tristán estallara!
Al final abrió la alacena...
Y pude ver la botella de Whisky... Casi vacía por completo.—Maldita sea— murmuró enfadado —¡Maldita sea!— gruñó, alzando la botella para luego estrellarla contra el suelo.
Los trozos de vidrio se esparcieron estrepitosamente, quebrándose en cientos, miles de pedazos más pequeños.Me cubrí los oídos.
Duncan no estaba, y aún así, seguía sintiéndome tan miserable como antes.
Una ráfaga de ira nos golpeó a ambos.
—¡¿Cuál es tu maldito problema, Tristán?!— le vociferé a todo pulmón.
Eso debió haber despertado a media cuadra...
Tristán apretó los puños y golpeó la barra de la cocina, haciendo crujir la madera.
—¡Lárgate, Crowe, por lo que más quieras, lárgate!— me respondió como si quisiera asesinarme con esas palabras.
La fuerza en su voz, la tensión de sus músculos, su mandíbula apretada, mientras rechinaba los dientes, todo ello me indicaba que estaba perdiendo en control.Sus ojos avellana, tan parecidos a los de mamá, ahora ya no tenían nada de ella.
Estaban ardiendo en un infierno de emociones, y tan sólo había ira incontenible.Ya no lo soportaba más.
—¿Qué no me escuchaste, demente? ¡Quiero que te largues! ¡Eres tú el problema, eres tú el asesino!— Sus palabras estaban haciéndome daño. Mucho.
—¡Eres un demente, y de no ser por tí, papá seguiría vivo, y mamá no estaría muriéndose en una camilla de hospital!—
Aquella última puñalada bastó.
Algo dentro de mi pecho se torció... Lo escuché romperse, lo sentí quebrarse ante el peso.
Caí de rodillas, sin importarme el daño.
El frío punzante no estaba sólo en el clima, vivía dentro de mí; era un vacío absoluto, un dolor que no podía compararse a ningún otro.Mi hermano... ¿De verdad había dicho eso?
Nunca lo había visto tan furioso.
Fue mi culpa.
Culpa mía.
Yo, un asesino.
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Los rosales de Crowe
Fantastique𝑺𝒊𝒏𝒐𝒑𝒔𝒊𝒔 Crowe es el nombre que se utiliza para representar al ave de la muerte. En cierto modo, eso es lo que soy. A mi alrededor moran las fatalidades de lo que puedo ver y hacer. Desde que soy un niño he sido esclavo. Los recuerdos me ato...