Más Que Un Tú y Yo || [Omegaverse/Got7]

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>JinYoung.

La mañana siguiente desperté con mi rostro oculto en el espacio entre el cuello y el hombro de JaeBeom, su aroma estaba bastante concentrado en esa zona y me encantaba. Por su parte, el alfa mantenía un brazo rodeando mi cintura y el otro mantenía cerca a Jack-hyeong, quien estaba casi sobre su pecho.

Intenté con todo mi esfuerzo ponerme de pie sin despertar a ninguno de los dos y estuve a nada de lograrlo, si no fuera por la exaltación del alfa por ya no sentirme a su lado, lo que trajo consigo que el beta despertara.

—Oh, buen día —mis mejillas enrojecieron con fuerza igual que las del interno de medicina.

—Buen día —JaeBeom me miraba con ojos brillantes y alegres, me encantaba esa forma de mirarme, era como si... No. Él realmente estaba adorándome con la mirada, me veía como el ser más importante de su vida.

—¿Tienen hambre? —jugué con mis dedos mientras evitaba su mirada, con los nervios recorriendo mi ser.

—Claro, pero podemos ir a comer a algún lado —Jack-hyeong se sentó en la cama y me sonrió con calidez, llenando mi pecho de una agradable sensación.

—De acuerdo, entonces... —JaeBeom se puso de pie —. Vayamos a desayunar al centro comercial.

Me cambié de ropa, ellos pasarían a sus apartamentos para cambiarse antes de ir a nuestro destino.

El viaje fue tranquilo, silencioso al principio, no sabiendo qué decir, pero no incómodo. Llegada la primera parada, que fue la casa de Jackson; JaeBeom y yo comenzamos a hablar sobre nuestros padres y banalidades de ese estilo.

—Entonces papá dejó caer la carne al suelo, mamá estaba vuelta loca de la ira —ambos nos reímos a carcajadas ante la divertida historia de JaeBeom sobre el día después del celo en casa de sus padres.

—Me habría encantado ver la cara de tu madre enfadada, siempre es muy divertida —le sonreí aún con la alegría que esa imagen mental ocasionó en mí.

—Espera a que le diga a mamá que tenía razón acerca de ti —lo miré con confusión e interés.

—¿A qué te refieres? Tu madre ha dicho mucho sobre mí —solté una pequeña risa.

—Me refiero a ese día en tu casa, cuando tuvimos nuestro primer celo —lo miré todavía sin comprender —. Ella dijo que no podías simplemente renunciar a tu destino —me regaló una dulce sonrisa —. Tenía razón.

Sentí a mi corazón derretirse, no pude evitar sentirme así y tampoco pude evitar estirarme desde el asiento trasero hacia la cabina para besarlo.

—Tú y Jack-hyeong, son lo mejor que me ha pasado —frotamos nuestras narices juntas en un beso esquimal.

—Ya regresé —volteamos a ver nuestro senior.

—Bien, la próxima parada es mi casa —me giré en el asiento para ver de frente a Jack-hyeong.

—Se ve bien, hyeong —tomé su mano y le sonreí.

—Gracias —sus mejillas se volvieron rojas —. Me siento bien —apretó mi mano.

—Lucen muy lindos —nos giramos a ver a JaeBeom, quien nos observaba a través del espejo retrovisor.

—¿De verdad? —me acerqué más al mayor para poder abrazarlo y recargar mi mejilla en su hombro.

—Sí, son lo más adorable que he visto en mi vida —nos sonrió una última vez, antes de regresar la vista a la calle.

Volví a mirar a Jackson, él también me miraba, fueron unos segundos de contacto visual los que nos hicieron acercarnos, como si una fuerza de atracción parecida a la gravedad nos obligara a estar cerca, lo que resultó en un beso, uno muy dulce y tranquilo.