Cap. 18 - Tan distante

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Han pasado semanas sin la presencia de Él, ¿que si me hes fácil? No, realmente no. Trato de buscarlo pero me evita, en todo el tiempo, es mucho para mí. De lo poco que sé de las puertas secretas a los pasadizos están cerradas, he buscado otras maneras de entrar pero no.

No sé que esté pasando por su mente, pero de lo que sí estoy segura es que sí se mantiene con vida, lo sé porque le dejo comida las veces que sean necesarias y en todas veces el plato está vacío. Eso me calma un poco.

En las noches frías de soledad logro escuchar sus llantos, pocas veces duran horas pero la mayoría de veces son minutos. Eso me hace sentir terrible, ¿qué más puedo hacer si ya he hecho de todo y me evita? Sé que aún está dolido por todo esto pero, ¿cómo sanará si no se presta? Yo realmente quiero ayudarlo, platicar con él, al menos verlo. No puedo aguantar más tiempo sin verlo, es como si en verdad lo necesito, mis emociones dependen de él.

A escondidas he llamado a Vincent que no venga a la casa a entregar despensa, aparte de que aún hay, también por Brahms, no quiero que se enoje o se sienta peor de que crea que me iré con Vincent, no quiero que se interfiera siento que eso dificultaría más la situación de Brahms, por mí.

He hecho algunas cosas en casa, he visto películas, aprendo nuevas recetas para cocinar, quiero mantener mi mente ocupada. Cada cosa que voy hacer siempre grito leve su nombre llamándolo que venga a hacerme compañía, pero no sucede, hago las cosas sola y eso me hace sentir mal, ¿por mí qué? Me importa Brahms, quiero que se entretenga en algo, no que esté encerrado en aquella habitación que sólo le traerá malos recuerdos y eso no le ayuda en nada.

Hoy me levanto tarde con la esperanza de verlo otra vez, con el mismo sentimiento de antes, pero no me doy por vencida.

Hago un pastel de carne. Parece quedarme bien. Con la misma rutina de siempre, dejo el plato con la comida para él. Yo me entretengo en mis cosas. Parece que quedamos en algo sin la necesidad de hablar, me refiero él sabe cuándo dejo la comida para él y sale a comerla, yo no iré a molestarlo y suplicarle que hable, eso no está bien, le doy su espacio, de mí supongo. Con saber que él aún está aquí y prueba de mi comida, con eso estoy un poco bien.

Me siento en la sala viendo desde la ventana y pensando en Brahms, últimamente ha estado en mi mente y no me molesta, cada vez pienso que otra cosa puedo hacer para traerlo de vuelta. Y si llega esa oportunidad, como hacerlo sentir que en verdad importa y demasiado, ayudarlo a crecer mentalmente, sobre todo darle mi apoyo incondicional

El ruido de la puerta principal me lleva de vuelta de mis pensamientos, obviamente que es alguien a venir a hablar conmigo. Dudo en abrir, no por Brahms, sino que no tengo ganas de conversar con alguien a menos que sea Brahms, con él sí.

Con urgencia tocan la puerta, realmente detesto que hagan eso.

- Voy. - dije de mala gana

Abro la puerta y mira con qué sorpresa me encontré

Abro la puerta y mira con qué sorpresa me encontré

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Mi Pecado Más Dulce | Brahms y Tú | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora