Capítulo 11.

905 158 28
                                    

Capítulo 11.

Darik, David y yo llevamos media hora discutiendo sobre música, concordamos con varios artistas pero al elegir una sola canción, absolutamente no.

—¿Quién no conoce Sugar de Maroon 5? —pregunto incrédula—. Es la mejor.

—No, Moves Like Jagger sí.

—She Will Be Loved —opina Darik—. Absolutamente sí, es un clásico.

—Como sea, todos sabemos que The Scientist de Coldplay manda —dice David y ninguno puede contradecirlo, lo sabemos.

—Quisiera ir a un karaoke —manifiesta Darik.

—Sí, seria genial.

—Conozco uno —asegura David—. Es un bar karaoke, mi hermano dice que es bueno.

—Somos menores de edad, no nos dejarán pasar —señalo.

—Conozco al dueño desde pequeño porque es amigo de mis padres. Tal vez pueda convencerlo.

—Inténtalo, si lo logras podremos cantar en grupo como Maroon 5.

—O Coldplay.

—O Simple Plan —aporto yo—. O... esperen, debo hacerle una pregunta muy importante.

—¿Qué?

—Nuestra amistad depende de esto —carraspeo y hago una pausa creando suspenso—. ¿Concordamos que Summer Confessions es una de las mejores bandas de la historia?

—Afirmativo.

—Claro que sí.

Sonrío y asiento. —Perfecto, nuestra amistad sobrevivirá.


—... Lo negó, dijo que fue al revés. Que tú sabías cuándo volvía del trabajo y lo esperaste en su cama, que trataste de seducirlo y cuando no accedió te hiciste la víctima con Elizabeth pero que para su asquerosa suerte no te creyó.

Respiro profundo; es increíble cómo pueden ser crueles las personas. Me cabrea tanto que él me haya dejado como una mala amiga, y que sea mal novio de mi amiga. Elizabeth no merece eso, nadie merece esa basura.

—Es un maldito desgraciado, infiel y mentiroso —le digo a Anthony, estamos en vídeo llamada—. Cuando él se hizo la víctima dijo que yo intentaba seducirlo por las noches cuando ella dormía.

—Hijo de puta —masculla—. Debí golpearlo más.

—Ah, sí, ¿Qué fue lo que dijo para hacerte perder los estribos?

Inhala hondo para mantener la calma, se nota lo molesto que está por sus palabras.

—Te llamó puta y eso fue la gota que rebalsó el vaso. De acuerdo, ya tenía las ganas de golpearlo y lo iba hacer justo cuando lo dijo. Eso aumentó mi fuerza.

—Se lo tenía merecido.

—Merecía más —remarca soltando un bufido.

Asiento distraídamente mientras me hundo más en el colchón. Miro de nuevo a Anthony, aun no se afeita por lo que la barba está crecida, él me devuelve la mirada en silencio. Parece encogerse esperando su condena.

—¿Cómo sabías que dije la verdad, por qué no le creíste? —pregunto.

—Te conozco, Adara —responde, aprieta los labios—. Tienes un alto concepto de la amistad, casi perfecto, y sé que no harías lo contrario a tus principios. Aunque estuvieras enamorada de ese bastardo, hablando hipotéticamente, nunca le harías eso a Elizabeth.

Un Viejo Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora