10 🍂 Familia

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-Según Yomo, los ghouls están uniendo fuerzas en el Distrito 11 para acabar con los inspectores - informó Koma mientras barría. Touka y Nishiki estaban sentados mientras Kaneki limpiaba unos vasos.

-Vaya, si esto sigue así... - murmuró Nishiki.

-Lo sé, El Simio Diabólico tendrá que volver - respondió Koma.

-Oye, Kaneki - le llamó Touka, ignorando a su compañero. - ¿Dónde esta Kori?

-Me parece que está en el salón de arriba - contestó el chico.

-Voy a ir a buscarla - dijo la chica levantándose. - Abrimos en media hora.

Salón del Anteiku

Touka abrió la puerta y vio a Kori tirada en el sofá con la mirada perdida en el techo. En la mesa había una taza con algo de café ya frío, un libro de matemáticas abierto más o menos por la mitad, un examen en el que la chica había sacado 28 de 100 y un cuaderno dónde había algunos números copiados.

-Hola - murmuró la chica.

-Hola, Touka - saludó ella incorporándose.

La otra se sentó a su lado y cogió el examen. Lo miró por ambas caras y vio varias respuestas vacías y mucha tinta roja por las correcciones.

-Kori, si necesitas ayuda con... - empezó a decir hasta que la interrumpió.

-No necesito ayuda - sonrió ella. - Ha sido simplemente un examen que hice distraída y me salió algo mal.

Kori le quitó el examen y empezó a recoger sus cosas. Touka simplemente la observó.

-Kori, siempre intento llevar una fachada y que nadie se de cuenta de qué pienso o siento - dijo Touka, intentando ser empática. - Por eso se que no estás bien desde ese día.

Kori suspiró.

-¿Cómo era tu familia? - Preguntó la chica.

-¿Eh? - Contestó Touka.

-Tu familia - repitió Kori. - Todos tenemos una, hasta el tipo que maté.

-Mi familia... - murmuró la chica.

FLASHBACK
Ayato! - Gritó la niña.

-¿Qué pasa, Touka? - Preguntó él. Vio que su hermana estaba agachada observando un pájaro, así que la imitó.

-Vaya, está herido - murmuró un hombre a sus espaldas.

-Sí, papá - contestó Touka, girándose para mirarle.

-¿Queréis que nos lo llevemos a casa? - Preguntó él. Los dos niños se miraron a la vez.

-¡Sí! - Exclamaron ellos.

Más tarde...

-¡Mira, Ayato! - Exclamó la niña. - Una lombriz.

-¡Ay! - Se quejó él, alejándose del bicho.

-¡Sé un hombre, gallina! - Gruñó ella.

-Es que... - murmuró Ayato.

-Hazlo por nuestro pájaro - dijo Touka.

-Vale - suspiró él agachándose.

Rato más tarde, los hermanos Kirishima fueron a su casa y le enseñaron a su padre una caja repleta de gusanos.

ILOMILO 🍂 Ayato KirishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora