💙Simulacro💙

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Chloe

Regresaba caminando de la universidad hasta la casa de Esteban, hace dos cuadras me pude deshacer del idiota de Chuck, es un sujeto muy molesto y yo simplemente, no sé porque le atraigo. No soy una gran chica como para poder encantar a cualquiera.

Mis pasos eran moderados, entre mis dedos había una botella de Pepsi, siempre me ha gustado esa marca por sobre la Coca Cola, la razón es que tiene una mayor cantidad de azúcar y su sabor es delicioso.

Mis audífonos golpeaban mis tímpanos pero me encantaba la canción que sonaba. Pretty Girl , tenía una gran letra que podría identificar a cualquiera siendo mujer o varón, hablaba sobre la identidad y la personalidad de cualquiera que sintiera dudas sobre sí mismo.

Me distraigo por un segundo siguiendo el verso del estribillo, y accidentalmente, choco contra un chico de ojos cafés y cabello marrón. La culpa me invade y empiezo a querer intentar ayudarle para quitarse la gran mancha de gaseosa en su camisa.

-Oye...si continúas sólo vas a empeorarlo más.

-Lo lamento, fue mi error, no debí dejar la botella abierta. Soy tan torpe.

-Descuida, no es nada...

-No sé cómo podría arreglarlo, enserio lo siento.

-Tranquila, este día no está siendo muy amable con nadie al parecer.

-Ya veo.

Levanté la vista y el se había quedado observándome por un largo tiempo, me sentí incómoda y aparté la mirada para no seguir con el contacto visual.

-Perdón,me... recuerdas a alguien.

-No hay cuidado, está bien. Ya debo irme, aún sigo mal por lo de tu camisa. Espero que nos encontremos una próxima vez.

-Bueno...si quieres remediarlo, podrías acompañarme a mi cafetería favorita. Vamos tu invitas.

Con una risa volteé a mirarlo, me resultaba tan conocido, pero apenas nos habíamos chocado. Todo esto es muy extraño. Este chico sería una buena opción para ser un primer amigo.

-Es lo menos que puedo hacer por lo que ocurrió hace unos instantes.

-Entonces vamos.

De un momento a otro, nos dirigimos a la pequeña tienda que además de ser su favorita, era la mía también.

- "Café Corrientes".

Pronuncié con una sonrisa leyendo el cartel del local comercial,volviendo la mirada a las sillas y mesas que adornaban la entrada.

-Tal parece que ya conoces este lugar.

-En realidad sí, mi novio y yo siempre venimos aquí. Los postres son exquisitos.

-Yo solía venir con alguien hace tiempo, también era especial para mí.

Volteé hacia él y noté un deje de nostalgia en sus palabras. Jamás fui buena expresando mis sensaciones por cuenta propia, pero debía intentarlo al menos.

-Hey.

Coloqué mi mano en su hombro izquierdo y levantó sus ojos marrones con dirección a los míos. Le dediqué una sonrisa antes de decir.

-Si nos quedamos parados aquí charlando, no quedará nada de lo que hablar después.

Sus mejillas se tornaron rojizas por instantes y sonrió de la misma manera que yo.

-De acuerdo, entremos.

Así abrió la puerta, dejándome pasar primero. Todo un caballero, incluso del mismo rango que Esteban. Nos acercamos hasta el mostrador, donde estaba la chica de la otra vez que me había atendido.

-Buenas tardes.¿En qué los puedo ayudar?.

-Hola, para mí, un café con leche y tortillas. ¿A ti qué te gustaría?.

-Para mí lo de siempre.

-A la orden, cuando esté listo se lo entregamos. Pueden ir tomado asiento.

-Muchas gracias.

Nos alejamos hasta la parte trasera del café y nos acomodamos en las amplias sillas. Dejé mis pertenencias a un lado al igual que el chico.

-Mis modales son tan malos. Ni siquiera te pregunté cómo te llamas.

Nos reímos por la brevedad y nuevamente chocamos las miradas.

-Soy Chloe.¿Y cuál es tu nombre chico camiseta mojada?.

-Eres muy graciosa, pero...soy Francisco.

Estrechamos las manos por encima de la mesa y una descarga de corriente eléctrica recorrió mi espina dorsal.

-Ay Chloe, sólo tú vienes a tomar una bebida caliente con un extraño.

Encaré a quien nos había interrumpido y suspiré viendo a Javier, uno de los empleados que hacía tiempo, no veía por que estuvo enfermo con licencia laboral.

-Bueno...me derramó una Pepsi de 500 c.c. en la ropa.

-Lo menos que puedo hacer es invitarle una merienda rápida.

-Clásico de ti,tu torpeza te termina costando siempre algo. En fin, aquí está su pedido. Provecho.

Se fue a pasos lentos con la bandeja en su brazo derecho y cuando regresé a mi posición incial, Francisco contenía sus lágrimas.

-Así que no es la primera vez que le derramas algo encima a un desconocido.

-¡No es mi culpa!.

-Claro...es culpa de la física. En fin, para ser tan enana, me sorprende que puedas provocar tantos daños.

Un dolor de cabeza se extendió ampliamente en mi cien. Sostuve mi frente por segundos luz y cerré los ojos.

-Gigante ya te dije que no me gusta que me llames enana.

Los abrí nuevamente asustada por lo que había contestado y cubrí mi boca. Delante de mí, el morocho estaba anonadado sin poder articular palabras suficientes para exigir una explicación sobre mi respuesta a su burla inofensiva.

-¿M-Me llamaste g-gigante?.

-L-Lo siento, yo...no sé por qué dije eso.

Se mantuvo en silencio por algún tiempo indeterminado, mientras yo seguía confundida respecto a mi actitud para tomarle demasiada confianza.

-¿_-___... Eres tú?.

Ahí estaba otra vez ese dolor incesante, la única reacción que pude ejecutar fue recordar la chica que aparecía en las noticias y estaba en la foto de la oficina de Esteban. Me levanté de la mesa abruptamente sacando un poco de dinero, tal vez el suficiente para pagar los dos pedidos. Tomé mi mochila y libros, salí corriendo de allí. Dejando a mi posible nuevo amigo desconcertado y sin una respuesta final.

💙Cartas Para ___💙[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora