△Cap.4: «Good Thing»▲

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(...)

Una semana después




Serenidad. Era la palabra correcta para describir ese día, el sol estaba en su punto mientras las ligeras ventiscas de viento le daban un toque más fresco al ambiente. Los pasillos permanecían solitarios gracias a que la mayoría de estudiantes se encontraban dentro de sus salones.

Oh eso era lo que Raven esperaba. Estiro sus brazos, bostezando. Se sentía agotada luego de tener que revisar todos los archivos de las misiones, su mes estuvo más que atareado con todos los llamados que el gobierno les hizo. Detestaba tener que tratar con ellos, pero sabía que mientras más solicitados sean, más posibilidades tendrían sus estudiantes de ser admitidos en un cargo dentro de ese sistema.

El silencio dentro de su despacho fue interrumpido por los gritos incesantes de los estudiantes que terminaban su horario matutino. Sonrió girando su silla para contemplar la vista del jardín por la ventana. Ese era su momento favorito del día, le encantaba observar por el extenso campo como algunos estudiantes conversaban entre ellos mientras otros corrían o volaban por no llegar tarde a su siguiente clase.

Tenía frente a ella lo que tanto había anhelado, un lugar donde los mutantes desarrollarían mejor sus poderes y aprenderían a controlarlos al tiempo que mantenían una vida normal, nadie los juzgaba por sus destrezas, nadie los hacia de menos por ser diferentes y lo más importante, ahora tenían una enorme familia a la cual recurrir siempre que se sientan solos. Tanto Charles como ella trataron de hacerles ver a todos que más que una escuela, esta mansión era su hogar, un lugar donde podrían sentirse seguros.

—Justo como debe de ser.

Menciono al aire con satisfacción. Cerró sus ojos decidida a tomarse un ligero descanso, pero el sonido de la puerta siendo azotada contra la pared le hizo saltar en su lugar, giro la silla nuevamente para encontrarse con el velocista cerrando la puerta detrás de él.

—¿A que están jugando ustedes?

Cuestiono cruzando sus brazos mientras caminaba al centro de la habitación.

Buenos días para ti también Peter –Respondió con una sonrisa cruzando sus piernas. –Es un hermoso día hoy ¿No lo crees?

—¡No me vengas con eso! –Refuto para que luego una mancha gris se moviera hasta la ventana pata abrirla. —¡Tu hiciste esto, cierto! –Pregunto exaltado señalando por la ventana.

La rubia con toda la tranquilidad del mundo se levantó de su asiento para caminar y colocarse a un lado del ansioso hombre. Observó por la ventana y no logro reprimir una sonrisa de satisfacción al ver a la persona en el jardín.

—¡Deja de sonreír así! –Se quejó cruzando sus brazos mientras su ceño empezaba a fruncirse. – ¿Acaso no podías dejarlo más, más...?

—¿Más apuesto? ¿Más Irresistible? –Bromeo ganándose una represalia del contrario. Sin borrar su sonrisa llevo su mirada hasta el jardín nuevamente. –Peter, sabes bien que hago milagros no desastres.

—Lo sé, pero esto fue demasiado –Murmuro desviando su mirada hasta la ventana. –¿Tienes idea de lo que has provocado? La mayoría de estudiantes en mi clase superior se comportaron como idiotas hormonales porque no le despejaban la mirada de encima –Se quejó llevando una mano a su cabello. – Como se supone que brinde mis lecciones en total calma cuando ese idiota deambula por toda la mansión distrayendo a todos.

—Peter –Llamo para apoyarse en el marco de la ventana. –¿Acaso estoy escuchando lo que creo?

Pregunto llevando una mano a su cintura. Quería reírse por la absurda preocupación del contrario, aunque era demasiado astuta para saber que había algo más detrás de su molestia.

Come Back Home DadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora