Photograph

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-...We keep this love in a photograph, we made these memories for ourselves, where our eyes are never closing, hearts are never broken, and time's forever frozen still ¿te gusta la canción? esa es mi parte favorita porque me recuerda al momento que tengo congelado en mi cartera donde tu y yo estábamos en la playa, ese día te pedí que fueras mi esposo, estábamos tan felices, te extraño mucho, extraño sentirse cerca, por favor vuelve conmigo...

Joaquin abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue un techo blanco con una lampara que lo dejó ciego por varios instantes, cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, paseó su mirada por el recinto donde se encontraba y se dio cuenta que era una habitación blanca, había unos girasoles en una mesita lejana a él, miró sus manos y tenía cosas conectadas a sus brazos, vestía con una bata blanca con dibujos que no tuvo tiempo de descifrar lo que eran pues sintió que alguien lo tomaba de la mano.

Un chico de risos lo miraba de una forma que no pudo saber si era de emoción o de susto, veía que movía sus labios pero Joaquin no podía escuchar lo que decía, solo podía escuchar un pitido entre las palabras que aquél chico pronunciaba. El rizado soltó la mano de Joaquin y salió corriendo fuera de la habitación, segundos después el chico volvió pero ahora con más personas quienes se dirigieron hacía Joaquin que estaba más que asustado con la situación pues no entendía nada.

Las personas que Joaquin después identificó como doctores, comenzaron a revisarlo mientras sacaban al chico de risos alborotados fuera de la habitación. Joaquin seguía sin entender nada, miraba a los doctores con inseguridad pero no puso resistencia, tenía miedo de lo que pudiera pasar si hacía algo que no les gustara. Cuando los doctores se separaron un momento de él, fue cuando tuvo la confianza de hablar.

-¿Qué hago aquí? ¿Estoy en el hospital? ¿Pasa algo malo conmigo? ¿quién era el chico? 

Los doctores no respondieron pues estaban hablando entre ellos, Joaquin seguía sin entender nada y un dolor irracional comenzó a expandirse por su cabeza a lo que se quejó y fue entonces cuando los doctores lo miraron de nuevo, Joaquin no se enteró de que le hicieron pero de repente se sintió tan ligero como una nube y sintió sus parpados pesados, luchó todo lo que pudo para no cerrar sus ojos pero al final no pudo más y se hundió en la oscuridad de su interior de nuevo.

No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado desde su ultima memoria cuando abrió sus ojos de nuevo, miró de nuevo a sus lados y se dio cuenta que seguía en la misma habitación y el mismo chico estaba a su lado solo que ahora tenía su rostro escondido en sus brazos que reposaban en la orilla de la cama de Joaquin y se escuchaba un ligero llanto proveniente del chico. Joaquin no sabía que hacer pues quería decirle que dejara de llorar porque sentía que un chico tan lindo no debería de llorar pero no estaba seguro si sería buena idea decirle eso a un desconocido.

De lo que si estaba seguro era de que no quería escucharlo llorar más así que con cuidado levantó su mano y tocó ligeramente el hombro del chico quién con el mínimo contacto, paró su llanto y levanto la cabeza para mirar a Joaquin con asombro, el joven que estaba en la cama se sonrojó un poco de la pena.

-Lo siento, no quería molestarte pero es que no me parece lindo que llores, no deberías de hacerlo -el chico de risos trató de sonreír pero no pudo controlar su llanto, las lagrimas salieron de nuevo pero aquél chico las limpiaba rápidamente

-No quería despertarte, perdón -le contestó el rizado

-No me despertaste -hubo un momento de silencio que Joaquin no tardó en romper- ¿Qué haces aquí? -el rizado medio sonrió

-Vengo a hacerte compañía todas las noches desde hace 3 meses

-¿Y porqué haces eso?

-Pues porque soy tu amigo -dijo el rizado fingiendo una sonrisa

Imaginación «One Shots Emiliaco»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora