Capítulo 4

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No sentí preocupación ni nervios cuando llegó el momento de conocer al padre de Lukka; según me había contado, él era un hombre tranquilo y comprensivo, cuyo éxito empresarial se debía precisamente a su mente abierta.

—Eres la primera pareja que le presento —dijo a la par que caminábamos hacia la puerta—, si lo notas un poco sorprendido, es debido a eso, no a que seas una chica. —El que se preocupara por mi percepción era tierno.

—Confío en ti. —Acaricié el dorso de su mano—. Estoy en tus manos.

Tocó el timbre, casi al instante se abrió la puerta, dentro nos recibió su padre con una sonrisa.

—Bienvenidas, pasen, pasen. —Primero abrazó a Lukka, luego me tendió la mano—. Un gusto conocerte. —La estreché, su agarre era seguro y amigable a la vez—. Soy Luke Black, puedes decirme Luke.

La similitud entre ellos iba más allá de sus nombres, poseían la misma sonrisa, con el detalle de que él sonreía mucho más, dado que tenía más carisma que su hija; ambos eran bastante altos y compartían el color de cabello, pero él tenía ojos verdes; supe que Lukka había heredado su porte elegante y también tuve una clara idea de dónde había sacado su estilo de ropa, el buen gusto parecía ser de familia.

—Mercy Arias —respondí sonriente—, también me alegra conocerlo. —Creo que mis ojos llamaron su atención, pero supo disimularlo.

Pasamos a la sala de estar.

—Espérenme un momento, iré por café. —Hizo una expresión pensativa—. Sé que Lukka lo bebe negro, pero ¿a ti te traigo el azúcar, Mercy? —Ya lo veía venir y lo confirmé, Luke era igual de observador que su hija.

—Sí, por favor —contesté tranquila.

Unos instantes después, al regresar con las bebidas, tomó asiento en el sofá frente a nosotras.

—¿Cómo te ha ido en la universidad, Lukka? —Su pregunta, en lugar de sonar exigente, sonó casual. Aunque su aspecto era severo, Luke tendía a ser muy flexible y comprensivo.

Ella le dio un resumen de sus últimos proyectos, incluyendo una que otra conferencia que le había gustado; de ahí, de modo inevitable, brincamos al tema de cuál era mi carrera, al decírselo, asintió con aprobación, sobre todo cuando Lukka mencionó mi talento con la cámara.

—En vista de que se llevan bien. —Lukka se puso de pie—. Iré a la cocina por más café.

—Debe quererte mucho. —Le dio un tragó a su café. Noté que, sin malicia, esperaba que preguntará la razón tras su comentario.

—Como para que su TOC no le afecte conmigo, ¿no es así?

Rio, fue un sonido relajado, genuino.

—Correcto. —Me sonrió—. Estoy feliz de que encontrara a alguien tan especial.

—Oh Luke. —También reí—. Soy yo quien encontró a quien necesitaba. —En ese instante, no tenía la mínima idea de cuan acertadas eran mis propias palabras.

—Eso... —Calló de golpe.

Supe el motivo de su silencio enseguida. Podía sentirlo al igual que él, una mirada muy penetrante viniendo desde la cocina; ambos volteamos, vimos a Lukka, con los brazos cruzados sobre el pecho y el pie recargado en el mesón, nos observaba de manera calculadora, como si nos acechara, esa no era Black.

Break no dijo nada, así como se manifestó, regresó a donde sea que dormía.

—¿Qué tanto sabes de mi hija? —Vimos como Black regresaba a la consciencia y haciendo como si nada hubiera sucedido continuó preparando su café.

Lukka BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora