Capítulo 6

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Una noche que Luke nos invitó a cenar a su casa, Lukka aceptó gustosa de ver a su padre, no obstante, estaba agotada a causa de uno de sus proyectos, esos últimos días había estado trabajando hasta la madruga, con el café y su determinación como pilares, por eso cuando comenzó a cabecear para finalmente quedarse dormida en el sofá de la sala, la dejamos descansar.

Sabía que podía dejarla ahí con total confianza, sin embargo, había llegado al lugar en su auto, podría haber pedido un taxi pero Lukka querría llevarme a casa ella misma.

—¿Puedo preguntarte algo? —cuestionó Luke con una sonrisa.

—Estamos en confianza. —También sonreí—. Pregunta lo que quieras.

Luke era un hombre bastante agradable, fuera de ese asunto de que era mi suegro, me caía de maravilla.

Como no queríamos despertar a Lukka lo seguí al jardín trasero, el lugar medía unos 5x5 metros, tenía el césped bien cuidado y un árbol enorme en el centro. Nos sentamos en el sofá que estaba al lado de la puerta corrediza.

Sacó una cajetilla de su bolsillo.

—¿Te molesta? —Negué con la cabeza; él meditó un segundo sus siguientes palabras—. ¿Quieres uno?

Acepté el ofrecimiento, ya no acostumbra a fumar tan seguido como antes, pero de vez en vez, un cigarrillo era bien recibido, sobre todo cuando encajaba con el momento, justo como aquella noche, en el patio de los Black.

Mostró su encendedor, me acerqué para que prendiera el mío, luego encendió el suyo, le dio la primera calada.

—Sabes sobre ella —declaró en tono serio—, y siendo honesto, sé que amas a Black, pero quiero asegurarme de que Break no te está... presionando. —Quizá en lugar de esa última palabra, quiso decir "amenazando".

Exhalé el humo.

—Entiendo tu duda Luke, pero no, Break no está amenazándome de ningún modo. —¿Qué más podía hacer, sino mentir? Decir la verdad nos habría pasado factura a las tres.

—Mercy, eres una chica encantadora. —Su sinceridad me confirmó que no sospechaba nada de mí—. Eres la felicidad de mi hija, por eso, si Break te ha dicho o hecho algo... —Su semblante denotaba preocupación genuina.

—Admito que su primera aparición fue... casi irreal, desconcertante. —Di otra calada, exhalé—. Lukka es un ser complejo, sí. —Giré el rostro, lo vi a los ojos—. Pero en verdad la amo Luke, como jamás he amado a nadie más. —Esa fue una de la pocas veces que me sinceré del todo con él.

—Es bueno saberlo. —Sonrió con cierta tristeza—. La primera vez que la vi fue en este patio. —Dejé que me contara la historia—. Apenas habían pasado unos días de haber traído a Lukka conmigo, estábamos jugando a las escondidas, era mi turno de buscarla, conté hasta cincuenta, cuando comencé a buscar, escuché su voz, sin que fuese suya del todo, dijo "Hola Luke", primero no entendí de donde provenía, hasta que alcé la mirada, estaba sentada en una de las ramas más altas de ese árbol, viéndome fijamente con una frialdad escalofriante, pero lo más impactante, era su sonrisa, un gesto retorcido que parecía imposible en una niña, "¿Tú sí cuidaras a Black, verdad?" Antes de que pudiera responder, bajó del árbol, "Tú no la dañarás, ¿oh sí?" Créeme, aunque no lo dijo sentí su amenaza, latente y poderosa. Después de esa oración, Break se fue. "¿Papi?" Esa sí era la voz de mi niña, lucía tan desconcertada, asustada. —Volteó a mirarme—. Me alegra mucho que mi hija te tenga Mercy.

Nos quedamos callados los siguientes minutos, era un silencio agradable, me ofreció un segundo cigarrillo, lo acepté.

Escuchamos la puerta corrediza.

Lukka BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora