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CAPÍTULO ONCE
𝐏𝐚𝐬𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐦𝐚𝐧𝐚𝐬
Y Daisy comenzaba a sentirse más relajada en el lugar. De vez en cuando se juntaba con el equipo para desayunar o cenar, sin embargo seguía intentando mantener las distancias. Empezaba a hacerse complicado, especialmente cuando había comenzado a luchar contra May casi a diario y a tener conversaciones normales con el resto del equipo.
Sin embargo, los últimos días habían sido un poco caóticos. Al parecer, este Obelisco que Hydra tenía lo habían convertido en una bomba. Fitz fue capaz de arreglar el disco duro a pesar de haberse tomado un par de días más por sus manos, y Daisy había sido capaz de descifrarlo y recuperar los archivos de Hydra que Simmons había reunido.
Descubrieron que la bomba astillada podía activar el Obelisco, y si detonaba, las astillas de la bomba se incrustarían en la piel, convirtiéndote en piedra.
Ward también le había enviado un mensaje a Daisy diciendo que Hydra estaba de camino a recoger a alguien llamada Raina. Cuando Daisy se lo comentó a Coulson este mandó inmediatamente a la Agente May, Bobbi, Trip, Hunter y Jemma.
Al parecer, la chica decía que podía tocar el Obelisco que convertía a la gente en piedra. A Daisy no le caía bien la chica, al parecer ella había sido el motivo por lo que Simmons y Bobbi se habían visto expuestas.
Los únicos que estaban en la base eran Daisy, Coulson, Mack y Fitz.
Daisy estaba tumbada en su furgoneta, mirando al modelo en miniatura en tres dimensiones que estaba construyendo para Coulson. Miró la hora en su teléfono y vio que era la una de la mañana. Normalmente todos estaban ya dormidos a esa hora así que se arrastró fuera de su furgoneta y puso su modelo en la zona de trabajo de Mack. Recogió los restos que Mack había tirado y los utilizó para construir la cosa... que estaba tardando en construir más de lo que esperaba, ¿pero qué demonios sabía ella? No era ni ingeniera ni mecánica.
Continuó construyendo el modelo hasta que escuchó música. Su cabeza se disparó hacia arriba y empezó a seguir las ondas de vibraciones que emitía. Miró por el pasillo y vio una luz salir de la habitación de Coulson. Decidió acercarse para ver cómo estaba ya que May no estaba allí para hacerlo.
Cuando abrió la puerta, se sorprendió al encontrarse a Coulson tallando como un poseso. El sudor resbalaba por su espalda y su cara estaba completamente centrada en la pared. Se recostó en la entrada y se quedó observando.
Pasaron aproximadamente diez minutos cuando el cuchillo de Coulson se partió en dos, haciendo que maldijera bajo su aliento. Se giró para coger otro pero se vio sorprendido cuando vio a Daisy allí quieta con una mirada de fascinación, "¿Cuánto tiempo llevas ahí quieta?"
