Bueno, lo normal que podría ser en SHIELD. La relación de Daisy con el equipo era más fuerte cada día.
Ya no los veía como compañeros de trabajo, les veía como su familia, personas por las que iría ida y vuelta al infierno.
Nunca lo iba a admitir pero... le importaban todos, incluyendo a Hunter. Todos tenían un rol en la familia, May y Coulson actuaban como los padres, Bobbi y Mack eran los hermanos mayores mientras que FitzSimmons eran los hermanos mayores que se acercaban más a su edad. Hunter era el tío que siempre estaba borracho.
Había una pequeña parte de Daisy que estaba asustada, asustada por lo fácil que era encajar en el equipo. El miedo solía utilizarlo como combustible para huir antes de que todo se complicara... pero ya era demasiado tarde. Ya le importaban.
Había algo único acerca de esa familia no disfuncional, cuando se trataba de su familia inhumana creía que la única manera de protegerles era separarse de ellos sin embargo, con SHIELD, no se sentía así.
No la malinterpretéis, al principio sí lo hacía.
Después del lavado de cerebro, se sentía una amenaza para el equipo y quería huir pero no lo hizo porque era mejor estar encerrada como un animal en una caja que ir por libre.
Pero ahora... se sentía completamente al contrario. Sentía que había sido aceptada en una familia con personas disfuncionales. O sea, solo mírales. Estaba el director, los gemelos científicos, un mecánico, una espía profesional, una especialista, un mercenario y una ex-agente de Hydra.
Todos tenían sus propias pesadillas.
Y Daisy no era la excepción.
Después de la charla de May con Daisy, sintió que el peso que había estado llevando sobre sus hombros, había desaparecido. Ella y Daisy habían tenido una larga conversación acerca de la pequeña a la que May había matado. Daisy le dijo que al principio, estaba enfadada porque había oído una versión diferente de la historia, pero después de pensar de forma racional, se dio cuenta de que May le había hecho un favor.
Daisy había asegurado a May que haber matado a Katya había sido la única manera de salvarla porque si volvía a la instalación, la utilizarían como una máquina de matar. Aún quedaba el sentimiento de culpabilidad en su pecho por no haber encontrado otra manera, pero escuchar a Daisy decir que había sido lo correcto, la persona a la que había estado buscando desde Bahréin, era un alivio.