Quince
"¿Quién soy yo para ti, cariño?"
Henry volvía de su paseo matutino con Harry, llevaban casi dos meses con aquella costumbre y ya con el verano terminando trataba que duraran cada vez más. Su relación con el menor era bastante estrecha, era como el hijo que no tenía.
Florence por su parte se mostraba bastante feliz de la unión de los dos hombres, Henry lo había invitado a clases de esgrima junto con Ed, para todo el mundo el niño era hijo de ambos. Además, que su cabello dorado podía parecerlo. Henry siempre defendía al pequeño de cualquier reprimenda por sus travesuras.
En verano asistieron al menos a diez bailes, todos lo felicitaban por su hermosa esposa que nunca parecía capaz de avergonzarlo, se mostraba educada y era dulce con los más desposeídos. Incluso logrando que el invirtiera en un orfanato.
Pero con el fin del verano la condesa cayo en cama debido a una gripe, aun así, ella decía que eran sus últimos días de vida y quería volver a Brighton. En un principio pensó acompañarla, pero la mujer parecía incapaz de separarse de su esposa y Harry, incluso cuando el le comento que fueran solo los dos se echó a llorar calmándose solo cuando Harry le seco las lágrimas y susurro que no la dejaría sola.
Así que todos en la casa se movían para preparar su repentino viaje sin fecha de retorno. Henry bajo de su caballo y ayudo a Harry a hacerlo del propio. El capataz guardo los caballos ya que serian llevados a el pequeño pueblo que una vez fue su hogar.
- Lady Rebekah- saludo Henry cuando vio a la mujer sollozante en la sala abrazando a su esposa- ¿todo bien querida?
- Solo esta sensible por el viaje- miente la joven sonriéndole a su esposo- ¿Qué tal su paseo queridos?
Henry por no querer molestar a la amiga de su esposa decide no recabar más información.
- Bastante bien- sonríe- aunque esperamos que algún día cabalgues con nosotros
- ¿Cabalgas amiga? - dice Rebekah secando su rostro con un pañuelo que le tendió el lord en muestra de su caballerosidad.
- Y como ninguna otra- guiño el ojo el lord provocando la risa de la rubia
- Lord- dice seriamente Florence con las mejillas sonrojadas
- Iremos con Harry a darnos un baño
- Yo estoy limpio- inquiere el niño viendo al Lord
- Eso dijiste hace una semana- dice el tomándolo de las piernas poniéndolo boca abajo- ni el pobre chocolate quiero olerte
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Lady Cavill |Henry Cavill
Historical FictionTe he amado toda la vida, pero para ti siempre seré una niña y jamas una mujer.