Catorce.
"Ella brilla para nosotros, algo me dice que ella no lo sabe"
Las invitaciones no parecían tener fin, y en pleno verano no era para menos, sin duda su joven mensajero parecía más que agotado. Para las mujeres de sociedad invitar a Lady Cavill era sin duda tener una exquisita presencia en los salones de baile además de querer ser su amiga para vincularse con "esa clase de personas" admiraban desde sus preciosos vestidos y su exquisita personalidad eso no parecía dejar de impresionar hasta la mujer más crítica. Lady Cavill tenía a todos Londres comiendo de su mano sin que ella lo supiera.
Además, para las damas ver como Lord Cavill miraba a su joven esposa era sinónimo de la creencia del amor verdadero. Y que todos las historias de amor que leían en la oscuridad de su habitación eran reales.
Amy miraba el vestido de su señora y sonreía, sin duda se impresionaba cada día de la dulzura de la mujer de la casa como todos los sirvientes la bautizaron, era una chica que creció en la pobreza y siempre los saludaba amablemente, todos la querían un montón más aún porque era una experta cocinera que siempre les endulzaba la tarde con variados postres. Pero para la jovencita quinceañera, su amita era más que eso, le regalaba exquisitos vestidos "pasados de moda" pero ella sabia que jamás lo había usado, además de que dejaba que tomara clases de piano y lectura con el pequeño amito.
- Hermanita- susurra Harry entrando- Lord Henry te está esperando ¿Cuánto demoraras?
- Estas seguro que el me llama- sonríe la mujer poniéndose un collar que le regalo su esposo para la fiesta.
El niño ríe y niega. Sin duda le encantaba pasar las noches con la condesa, ya que le contaba historias en un teatro chino llamado Kamishibai, que no dejaba de sorprenderlo.
- Bajare en un momento- sonríe la mujer viendo su vestido rosa.
Harry asiente bajando, corriendo las escaleras, grita cuando Henry lo carga cuando casi resbala.
- Cuidado- ríe el Lord dejándolo en el piso arreglando su camisa- se que te emociona estar con mi abuela, pero comportémonos si no queremos verte con la cabeza rota.
- Si lord- sonríe el niño
Ambos hombres giran al ver a la rubia bajar afirmándose del reposa manos con una elegancia propia de ella. Tras ella venia Amy con su propio abrigo para acompañar a Harry con la condesa.
- Hora de irnos, amor- sonríe el besando su mano cuando llega a su lado.
La mujer asiente caminando con ellos a la entrada principal, ambos suben a la carrosa seguidos de Amy y Harry. El niño hablaba sin parar a la jovencita que lo miraba con sus emocionados ojos. Al llegar a casa de la condesa, el hombre los acompaña hasta la entrada, donde los dos niños entran sonriendo y corriendo atentos de una nueva historia de su abuela. El le agradece que los cuidara y ella le quita importancia diciendo que así se mantenía ocupada.
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Lady Cavill |Henry Cavill
Historical FictionTe he amado toda la vida, pero para ti siempre seré una niña y jamas una mujer.