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"Vivimos diferentes vidas, solo el cielo lo sabe"
Henry sonreía, sin duda Harry era un niño adorable muy parecido a Florence cuando era una niña, lo cual lo enternecía de sobre manera. Era curioso por naturaleza, pero también bastante educado para su corta edad. Cuando visito todas las caballerizas con cerca de la media docena de caballos sonrió feliz al ver una yegua blanca ser cepilladas por un jovencito que trabajaba para el Lord.
- Es linda- susurra el niño acariciando el pelaje del caballo cuando Henry le dio permiso de entrar, ya que era una yegua bastante mansa.
- Ese es un regalo para tu hermana- explica el lord- se lo regale luego de la boda
Harry sonríe feliz acariciando el blanco pelaje.
- Ven- llama el hombre al pequeño que corre tan rápido como sus piernas cortas se lo permiten, el hombre abre su caballeriza privada donde está un purasangre árabe.
- Es muy bonito- susurra asombrado el pequeño, pero retrocediendo cuando este levanta una pata.
- Prepáralo- indica ahora al mozo de cuadra que los seguía- iremos a cabalgar en él, que no te asuste Harry solo es temporal por fuera.
- Si mi señor.
Harry se aleja un poco mientras ven como preparan el caballo bastante asombrado de todos los "artilugios" que colocaban sobre él, no eran parecidos a los caballos que él conocía ya que eran grandes y bien alimentados, además su pelaje relucía a la luz del atardecer.
También se asombraba de toda la gente que trabajaba para el Lord, solo sabia contar hasta el quince y sabía que él tenía más que esa cantidad de empleados.
Una vez listo el caballo Harry se estremeció cuando Henry lo cargo y subió sobre el caballo no lo subió a la montura en sí, sino a una manta que coloco el hombre que preparo a el caballo sobre su pelaje, mientras el lord se subía atrás del pequeño a la montura.
Nunca había montado uno y eso lo notado el lord que comenzó a galopar por los extenso bosque dentro de la propiedad bastante lento.
- ¿Te gustan los caballos?
- Si lord- sonríe el niño aun tenso manteniendo sus manos sobre las del hombre por miedo a caerse
