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Más decepciones y despedidas

























No sabía cuánto tiempo llevaba caminando, mis piernas se movían pero mi mente estaba en otro lugar, el enojo que sentía había hecho que me transformara hace unos minutos, la Súper Luna también influía en todo esto y no tenía a mi ancla conmigo para tranquilizarme.

Miré mis manos ensangrentadas, no sabía si había matado a alguien inocente, si solo lo dañe o si me lastime a mi misma. Todos los recuerdos estaban borrosos y eran pocos.

El ruido de un vidrio romperse llamo mi atención y gire mi cabeza hacia la calle de la derecha, el Jeep de Stiles estaba ahí y mi amigo estaba recargado en una de sus llantas cabizbajo. Sin importarme el que me dijera que no me quería cerca, camine hasta llegar a su lado y me senté junto a él. Nos mantuvimos en silencio un largo rato, no dijimos nada y tampoco hacía falta hacerlo.

—Te dije que no te quería cerca de mí.— Rompió el silencio él obligándome a mirarlo. — Scott podría hacerte lo mismo que yo, él no te querría conmigo, con un asesino.

Lo que quedaba de mi corazón se estrujo y recargue mi cabeza en el jeep con los ojos cerrados tratando de no llorar y quebrarme de nuevo.

No era tan fuerte como aparentaba, estaba tan rota como lo estaba Stiles y como lo estaban los demás. Y odiaba eso. Odiaba sentirme tan vulnerable y débil, odiaba que mis emociones me ganasen y terminara derrotada antes de dar pelea. 

—Le pregunté a Scott que hubiera hecho si yo hubiera sido la que mato a Donovan, ¿sabés que me contesto? — Me giré a verlo y vi que tenía la mirada fija en sus manos. —Nada. No dijo nada. Solo bajo la mirada y con eso me basto para ver que a mi también me dejaría de lado. Nunca pensé que Scott fuera el primer chico que me rompería el corazón, mucho menos que me decepcionaría como lo hizo...

Me sorprendí cuando se acercó y envolvió sus brazos alrededor de mí haciendo que me callara, me sujete con fuerza y me permití volver a llorar aunque sea un poco para liberar mi pecho por un momento, sentir el calor de Stiles hizo que me sintiera en casa, que sintiera que todo estaría bien, aunque fuera por unos momentos. 

—No quiero perderte a ti también. —Dijo sobre mi hombro después de unos minutos en silencio. —Ya perdí a mi mejor amigo, no podría permitir el perder a mi hermanita.

Me separé unos centimetros de él y lo mire, una lágrima bajo por su mejilla provocando que mi mano se moviera en automático para limpiarla.

—No lo harás, no me perdiste cuando Theo lo dijo en el tejado y no vas a hacerlo ahora. —Tome su mano y la apreté. — No vas a perderme nunca, Stiles. —Aseguré y lo tomé de las mejillas. —Eres un hermano más para mí, y te amo. Eso jamás va a cambiar.

El chico me sonrió y yo lo hice también, recargue mi cabeza en su hombro y ambos nos quedamos en silencio, disfrutando la compañía del otro porque, a estas alturas, el era una de las pocas personas en las que podía confiar. 

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Malia llegó en su auto por Stiles y yo, la grúa termino de subir el Jeep y todos subimos al coche, en cuanto toqué el asiento recargue mi cabeza en la ventana del coche y me dedique a mirar las casas y tiendas pasar conforme el auto avanzaba. 

—¿Pueden arreglarlo?

—No hay suficientemente cinta en el mundo para arreglarlo.

—Deberías probar algo más que cinta de embalaje. —Recomendó la coyote. 

𝙇𝙄𝙏𝙏𝙇𝙀 𝘽𝙀𝙏𝘼 #2 | ᵗᵉᵉⁿ ʷᵒˡᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora