Enterteinment

230 26 0
                                    

Ese día se levantó muy agitado, con el cabello pegado en la frente por el sudor del impacto nocturno ¿qué le estaba sucediendo? Recordaba que Yuichiro había llegado a dejarle comida al enterarse que estaba encerrado desde que empezó el sábado, preocupado de lo que pudiera hacerse a sí mismo durante el tiempo que permanecía ajeno a la realidad. Le había llegado un mensaje, uno de esos que no dejaba de rondarle por los sueños, nuevamente el remitente parecía ser de Mui, ¿a qué se debía esa extraña frase? Ni siquiera él mismo podía entender qué estaba sucediendo, cada vez que miraba su muñeca y el corte se volvía más grande. Genya no estaba siendo él mismo.

Salió, decidiendo que encerrarse tanto tiempo sería una mala idea para sus notas y sus amigos, aunque ellos parecían todavía más ajenos a lo que estaba siendo, probablemente todos estarían dispersos en diferentes lugares; desde Zenitsu en el hogar del profesor, hasta Tanjiro en alguna fiesta con Tomioka. No se sentía nada bien, luego de ver que todos se estaban sumergiendo en un hoyo que ya no tenía fondo para ser mejor. Las llaves pasando la entrada le devolvieron a la tierra, nuevamente lejos de su mente que solo le torturaba.

Un nuevo mensaje.

"Come".

Seguía sin comprender totalmente la realidad de tal palabra, los demás que había recibido no eran diferentes, podía decir que incluso eran más directos. A pesar del imperativo que poseía, decidió abandonar la idea de que Mui fuera tan obseso con la salud de otra persona. Salió a caminar. No dejaba de darle vueltas al asunto de los mensajes, no dejaban de llegar desde la ultima vez que salieron y Zenitsu decidió desmayarse por sobredosis; él deseaba no tener qué volver a un hospital, siempre sabían a depresión y desesperación. Le habían dado de alta hace poco de dos años, entendía por completo que las paredes blancas de un lugar como ese no eran de su agrado, ¿a quién le gustaría un olor tan terrible como la tristeza? Quizás a Tanjiro.

Paró su caminata, algo iba mal, no se estaba yendo por las ramas con el tema de Mui y sus dichosos comentarios por texto, se sentía, más bien, fuera de lugar con todo lo que estaba ocurriendo. Zenitsu había terminado con Kaigaku, ¿y ahora era novio de Uzui? Eso estaba completamente mal, incluso el enterarse que Tanjiro había comenzado a escaparse con Giyuu le provocaba demasiado conflicto. Oh, no podía más, necesitaba vomitar la bilis del estrés.

—¿Genya? —Levantó su vista del suelo, ni siquiera se dio cuenta de dónde estaba mirando, para admirar la bella cara de Muichiro. Qué coincidencia, pensó.

—¿Mui?, ¿qué haces aquí?

Muichiro parecía menos relajado, detrás de él llegó su hermano gemelo como si lo estuviera persiguiendo desde muchos metros atrás. Yuichiro se agarró las rodillas, apoyándose por la caminata que tuvo qué tener para llegar donde su hermano antes de ser abandonado. Genya parpadeó, ¿qué hacían juntos?

—¿Genya?, Mui... Caminas demasiado rápido. —Exclamó, tomando grandes bocazas de aire por la falta de este.

—Hola.

—¿Qué hacen aquí? Es extraño verlos juntos desde que se pelearon.

—Ya lleva meses esa pelea. —Contestó Mui.

—Decidimos volver a salir juntos, ¿tienes algún problema con eso? —Genya negó.

—Para nada, se me hace un milagro. —Luego se acordó, como si su mente hiciera click. —Gracias por preocuparte, Muichiro, pero deja de agobiarme con mensajes de lo mismo.

—¿Mensajes? Yo no te he mandado nada, Genya.

Yuichiro examinó al más grande.

—Genya, estás demasiado delgado. ¿Ya te viste en un espejo? —A pesar del tono, el comentario del gemelo fue pasado por alto, la mente de Genya estaba haciendo corto circuito. Sacó su celular rápidamente, estaba seguro que Muichiro le mandaba mensajes. ¡Ahí estaba su contacto!

AdrenalineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora