Desde muy pequeño reconocía que su lugar era no estorbar y que nunca sería más que un cambio de ropa, posiblemente gracias a sus padres que lo sacaron de su casa a muy temprana edad, conociendo de esta forma al hombre que hoy le daba una escuela y siempre se encargó de su educación. A pesar de que le debía muchas cosas a su, autodenominado, abuelo simplemente no podía lograr que sus actitudes puedan ser emocionalmente estables. Quizás de no haber ido con Kaigaku a esa fiesta cuando tenía 15 años no estaría defraudando a su abuelo actualmente, pero gracias a eso conoció a sus dos mejores amigos.
— ¡Zenitsu! —le llamó un joven de cabellos rojos y ojos del mismo color a su lado, trayéndolo de su trance.
— ¿Qué pasa? Perdón, estaba pensando.
—¿Pensando cómo suplicarle al de cabello raro que no termine contigo? — preguntó el ya conocido Inosuke que se acercó a los otros dos.
— ¿Qué?, ¿te peleaste con Kaigaku, Zenitsu? —Preguntó preocupado el de ojos rojos.
—No me peleé, simplemente está enojado porque piensa que el viernes me fui de fiesta y lo engañé.
—Técnicamente si te fuiste de fiesta, Monitsu. Yo estaba presente. —El rubio se alteró.
—Pero no lo engañé, soy más dependiente emocional de Kaigaku de lo que debería.
—Eso no está bien Zenitsu.
El de cabellos rojos se paró estrepitosamente, tomando a su amigo rubio de la mano y haciendo que los otros dos paren su caminata a la escuela, Zenitsu no preguntó pero Inosuke se mostraba confundido a las acciones que tomaba su amigo, ¿acaso quería pelea?
—Perdón por no poder ir con ustedes, no pude cuidarlos, — expresó apenado y dando una reverencia a ambos. Zenitsu hizo ademán de que parara.
—No pienses mucho en eso, Tanjiro. Ya suficiente tienes en tu casa como para decirte algo por eso.
—Yo si tengo una queja, —dijo Inosuke y ambos lo voltearon a ver. —Tanjiro jamás consume y solo ve, debería hacerlo la próxima.
El pelirrojo negó ansioso y comenzó a caminar de nuevo con los dos siguiéndole su paso.
—Mis padres no me dejan consumir eso.
—Precisamente por eso hay qué hacerlo — dijo el de cabellos combinados.
—No, bestia, Tanjiro tiene su tiempo. No empieces, —paró Zenitsu y apuntó al frente. —Llegamos y tengo más miedo del que debería.
Tanjiro lo miró enternecido, ninguno de los tres tenía mucha experiencia tratando con personas y lo mucho que conocían de la sociedad eran cosas simples como fiestas y drogas, en realidad no estaban familiarizados con un ambiente como ese. Entraron, posiblemente el más emocionado con todo era Inosuke viendo a las personas entrar al recinto escolar, Zenitsu no se veía tan feliz y menos cuando logró ver una silueta alta a lo lejos, se tensó y continuó su marcha a los salones de primero.
—¡Oye, Monitsu, ahí está tu dueño!, —exclamó casi en un grito hasta que el rubio le tapó la boca para evitar que dijera algo más.
—¡Shhhh!, no es mi dueño así que no grites, —susurró nervioso y Tanjiro comprendió la situación.
Los tres decidieron llegar al aula, con un rubio miedoso detrás de Tanjiro, cuando escucharon la primera campana que anunciaba el comienzo de las clases. Tanjiro se mostró interesado, hasta que llegaron a unas bancas vacías.
—Es la primera vez que tengo clases, no entiendo mucho de qué se supone que deba pasar, —dijo el de sonrisa amable, expectante de lo que sucedería al ver a todos comenzar a sentarse. Zenitsu suspiró, Inosuke se acostó sobre la mesa.
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Adrenaline
Fiksi RemajaEl humo no ayudaba y el sonido retumbaba en sus oídos impidiéndole escuchar bien a su amigo, quien gritaba algo acerca de un vaso, empeoraba todo que a sus ojos el piso comenzaba a verse más cerca de su persona hasta que finalmente sucumbió a perder...