Embarazo

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Los cuatro se dirigieron a ver a la chica, estaban conmocionados por la nueva información adquirida. Ni siquiera podían determinar por completo que lo que estaba pasando era real, se sentían raros. Genya fue el primero en sacar algo de su boca, la primera frase que pudo articular y pasó por su mente.

—¿Desde cuándo?

Kanao se puso más nerviosa con la pregunta, eso lo percibió Tanjirou con solo notar su forma de mover los brazos. Sus dedos estaban en un baile de incomodidad por encima de su abdomen, Zenitsu seguía sin creérselo completamente sacado de lugar mientras Inosuke parecía no querer decir nada al respecto.

—Tengo un mes.

El azabache más alto decidió que era importante discutirlo con alguien adulto, quiso dar el consejo pero Inosuke supo las intenciones, tomándome del brazo.

—No puede decir nada.

—¿Por qué no? —el rubio se aventuró a replicar. Kanao negó.

—Tiene razón.

—¿Por qué? —volvió a demandar.

—Porque el bebé...

—¿El bebé...?

—¡El bebé es de un adulto! —exclamó Inosuke, enojado. Azotó la pared con odio gritando un par de cosas para finalmente tirarse abatido.

Zenitsu y Tanjirou abrieron los ojos sin poder creer lo que acababa de suceder, su compañero había perdido el control en unos segundos ¿qué estaba pasando con todos? La de cabellos negros fue la que tosió para llamar la atención nuevamente.

—Esto... Es algo que no puedo decir.

Eran adolescentes, Kanao sabía que su palabra no contaría con la de un hombre como él, no podría contra un juicio o algo similar. Tan solo hablar le parecía un chiste de mal gusto, no podría ni siquiera abortar y viviría recordando lo que sucedió al ver al bebé. Estaba devastada, su mundo se había roto en pedazos aquella vez que decidió tomar la primera decisión de su vida sin preguntar primero lo que debía hacer. Genya la abrazó.

—Lo voy a matar.

Zenitsu se metió para tomar a Hashibara y aprisionarlo con sus brazos, comenzaron a pelearse en un choque del cuerpo del más alto con el rubio para la libertad de ir a cometer otro vil acto. Era atroz.

—¡No! —Exclamó Zenitsu.

—Nadie va a matar a nadie. —Apoyaba Tanjirou.

—Yo... Quiero saber quién es...

Kanao negó otra vez, con dirección a la petición de Genya, sin ganas de seguir hablando de aquella situación. Inosuke, exasperado, tomó a Genya del hombro.

—Tienes qué decirle, ¡debería estar en la cárcel! —La mujer bajó la cabeza, mordiendo su labio.

—Esto es mi culpa, yo...

—Kanao, entiende que si tienes 16 nunca va a ser tu culpa, la culpa la tiene él. —Tanjiro se acercó a abrazarla mostrándole apoyo moral para calmar su ansioso corazón; Zenitsu empezó a temblar al sentir el ambiente tan pesado que respirar dolía, ver a Genya discutir con Inosuke por la razón que sea lo tenía muy nervioso. —Los niños como nosotros... ¿somos culpables de lo que nos pasa?

Nadie quiso responder eso, a todos les metía en el mismo saco.

~

De esa situación habían pasado otros tres meses, Kanao faltaba con más regularidad intentando esconder la panza, que seguía creciendo, en el hogar de Inosuke, se había salido de su casa creyendo que sería una molestia si alguna se enteraba; Inosuke no iba mejor, se había distanciado por completo de Zenitsu y Tanjiro, sabiendo que los dos seguían metidos en ese mundo que tanto quería quitárselos, se comía la cabeza pensando cómo podía ayudarlos a pensar mejor sus acciones ¿qué hacer para alejarlos de las drogas? Deseaba una respuesta, luego de haber sacado a su padre a punta de golpes mientras su madre lloraba sin entender, las cosas sólo podían seguir empeorando. Zenitsu faltaba cada tanto, Genya le solía llevar los quehaceres educativos encontrándose al rubio siendo regañado por su abuelo todos los días, sabía que se escapaba cada noche pues lo encontraba en las fiestas de Sanemi junto a Tanjiro.

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