El amanecer los atrapo durmiendo en el armario, el castaño descansaba tranquilamente en el pecho del rizado, mientras éste le rodeaba con ambos brazos y escondía su rostro entre sus alborotados chinos.
Cuando Emilio abrió los ojos, una ligera sonrisa adorno sus labios, era probablemente la primera vez que Joaquín dormía más allá del alba, con su rostro apacible y respiración acompasada, era impensable despertarlo.
La conversación de la noche anterior los había dejado agotados, en especial a Joaquín y Emilio quería asegurarse de que descansara, no solo por haber hablado toda la noche, sino más bien por esa pesada carga que había llevado solo por tanto tiempo.
Dejo un beso en su cabeza mientras jugaba con su cabello entre sus dedos, había muchas emociones en su pecho ahora, pero la más fuerte era el amor que sentía por Joaquín, sabía que necesitaba hablar con sus padres antes de que terminara el verano, porque no sería capaz de separarse de él por tanto tiempo, quería confiar en que sus padres serían más comprensivos, pero tenía claro que sin importar lo que dijeran, Joaquín era su prioridad en ese momento.
Dos golpes en la puerta lo trajeron de vuelta a la realidad.
―Joaquín ¿está Emilio contigo? ―era la voz de Renata y sonaba apurada.
―Estoy aquí. ―murmuró esperando que la cobriza pudiera escucharlo, porque seguramente ella estaba en el pasillo y ellos seguían tirados en mitad de closet.
― ¿Por qué susurras? ―cuestionó Renata frunciendo el ceño.
―Joaquín está dormido. ―contestó ahora confiado en que lo escucharía. ― ¿Qué necesitas? ―añadió mirando la puerta como si ella estuviera detrás de ella.
―Romina, nuestras madres y yo iremos al pueblo por unas horas. Y mi padre llevará al tuyo a su reunión de caballeros. ―murmuró la cobriza observando a Romina quien cuidaba que nadie subiera desde la esquina del pasillo. ―Le dije a mi padre que tú y Joaquín tenían planes con Diego, así que no deberían venir a buscarlos para acompañarlos, pero deben asegurarse de no estar aquí cuando regresen. ―explicó rápidamente mientras Romina le señalaba que fuera más rápida. ―Le avisaré a Diego de camino al pueblo.
―De acuerdo. ―susurró el rizado pensando únicamente en que tendrían el día para ellos solos.
―Bien, entonces ya nos vamos. ―Romina la miró asustada y antes de que Renata comprendiera la situación, su padre apareció por el pasillo.
―Ren, creo que tu hermano sigue dormido, ya le explique a Emilio que no habrá nadie, él lo pondrá al tanto. ―exclamó Romina recargándose en la pared pretendiendo estar cansada de esperar, Uberto levantó una ceja mirando a Renata.
― ¿Joaquín sigue durmiendo? ―Emilio escucho esa voz y su cuerpo entero se tensó, si los encontraba ahí enviaría a Joaquín de regreso a ese jodido lugar.
―Eso creo, no responde. ―exclamó la cobriza agradecida con que la puerta tuviera seguro.
― ¿Y tú hermano? ―murmuró el señor Bondoni mirando ahora a Romina, ella sonrió incomoda.
―Acaba de meterse a la regadera, pero ya le expliqué que saldremos. ―respondió rápidamente, Uberto las miro a ambas incrédulo y se acercó a su hija.
―Uberto, se hará tarde para tu reunión y el señor Osorio te está esperando abajo. ―exclamó Elizabeth que lo había visto subir las escaleras apurado, las miradas en los rostros de las chicas le hicieron saber que debía interferir.
―Oh. ―musitó Uberto mirándola con sorpresa. ―Sí, claro. Dejemos dormir a tu hermano. ―añadió rodeando a Renata por los hombros y guiándola por el pasillo hasta reunirse con su esposa.
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Ámame hasta otoño || WATTYS 2020
FanfictionTenía novia en casa. Y una prometida que no eligió. Ya tenía muchas cosas que arreglar y definitivamente no necesitaba más problemas. Entonces ¿qué hacía besando al hermano de su futura esposa en un maldito baño?