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Leo nos ha explicado brevemente lo que descubrió en los Grimorios: Que una bruja puede extraer energía de un ser dual si mantiene contacto con él mientras realiza un hechizo.

El Ritual de transformación no es exactamente un hechizo, o algo me dice que no es solo eso, pero supongo que tendrá que valer. Una parte de mí lo desea con todas sus fuerzas. Que funcione y que esta misma noche podamos ir al faro a descubrir dónde narices tienen a mi mejor amiga.

Dedico apenas un segundo a preguntarme qué hora es. Es noche cerrada y si cuando fuimos a por mi madre al bar ya eran las diez, no me puedo imaginar en qué punto de la madrugada nos encontramos. Me da igual. No es como si pudiera dormir con todo lo que está pasando. No creo que nadie pueda.

Sarah y Khadim intercambian una mirada frente a nosotros, y esto no debería ser muy diferente a cualquiera de las otras transformaciones que he realizado. De hecho, debería ser igual que cuando transformé a Daniel y a Lula, solo que estaría estupendo poder evitar el agotamiento terrible que sentí después y que me tuvo en cama un día entero.

El caso es que de alguna manera es como si estuviera realizando un Ritual completamente diferente. No sé si es porque tanto Sarah como Khadim tienen una postura tensa, tiesa, como si tuvieran que mantener una compostura o dar una especie de imagen frente al resto. Es probable que se deba también a que el resultado, las bestias en las que se van a convertir, no tienen nada que ver con los osos de los Ártamo. Y si bien un oso debería dar incluso más miedo que un lobo o incluso un tigre... algo me da que estas criaturas estarán al mismo nivel que las que hemos visto hasta ahora.

Aprieto las manos en ambos puños y miro de reojo a Leo. Ojalá tuviera su seguridad. Si pudiera empaparme un poco de la firmeza que emana su esencia, dejaría de temblar. Pero Leo no es como su hermano, no hace amago de abrazarme, ni de tocarme. Solo me observa en silencio, con seriedad.

—¿Estás lista? —pregunta, con su voz grave, y no sé si es que quiero leer algo más allá pero me da la sensación de que esa pregunta envuelve muchas más.

Nos miramos a los ojos, y creo que es la vez que más nos hemos permitido hacerlo. Todas las otras ocasiones en las que he podido contemplar esos pozos negros, han sido breves y superficiales. No he podido hasta ahora sumergirme en ellos. No sé si es porque no hemos tenido ocasión, o porque estábamos demasiado ocupados tratando de llevarnos lo peor posible. Detengo el impulso de pasarme la lengua por los labios secos, porque no es la imagen que quiero dar. No es la que debo dar.

Mucho menos después de lo que acaba de pasar con su hermano.

Sacudo esos pensamientos de mi cabeza, porque soy consciente de que es lo último en lo que debo enfocar mi atención ahora mismo. Si voy a hacer esto con Leo... debe ser él el que llene mi mente. Solo él.

Viendo los sentimientos que inundan mi pecho, no creo que me resulte muy complicado.

Me sigue mirando y aunque no dice nada más, tampoco parece impacientarse. Me deja mi tiempo. Mi espacio. Y consigo sentirme mejor.

Asiento y entonces él alza una mano y me la ofrece, con la palma hacia arriba. Nunca me había fijado en lo enormes que tiene las manos, en los dedos fuertes y largos.

Algo se sacude en su esencia, no sé si anticipación o recelo. Lo que está claro es que se trata de algo intenso.

Dejo de ser Lara, otra vez. Porque Lara se está poniendo nerviosa. Porque Lara está sintiendo muchísimas cosas y se está muriendo de ganas de ese primer contacto con Leo. Después de las horas que nos vimos obligados a abrazarnos, tras su transformación, es como si ambos hubiéramos sido especialmente cuidadosos con no tocarnos. Como si tuviéramos que compensarlo, de alguna manera.

Invocadora [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora