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La película ha sido un tostón. No hubo manera de ponerse de acuerdo entre todos —sobre todo porque Nana tiene unos gustos bastante diferentes a los de los jóvenes presentes— y acabamos viendo la mitad de una que se escogió al azar en el buscador.

Antes de que nos diéramos cuenta eran las siete y Lula dijo tener que ir a prepararse para ir al bar de mi madre, aunque yo le insistí bastante en que así estaba bien. Avisé a mis amigos de que iba acompañada, generando la expectación lógica —en un pueblo en el que nunca la hay— y le hablé por privado a Cris para advertirla de que había hecho nuevos amigos.

En este momento estamos perfilando, Nico y yo, los detalles de la coartada que vamos a emplear sobre cómo nos conocimos. Compartiremos la historia con Lula en el coche, de camino.

—Como Leo es mi vecino, os vi saliendo de su casa y os pregunté si erais los nuevos. Eso es muy propio de mí.

—Nosotros estamos desesperados por conocer gente en este nuevo pueblo, así que fuimos muy amables —Nico está totalmente recostado, con los dos brazos subidos al respaldo del sofá—. Y tú te sentiste en la obligación de invitarnos a la quedada de hoy. Para que hagamos amigos antes de empezar las clases.

—Tiene sentido. Tiene gancho.

—Hacemos un buen equipo.

Alzo una ceja ante sus palabras, aunque se me escapa una sonrisa. El corazón me da un vuelco y pienso que igual el hecho de que él me quiera (y yo lo sepa cada vez que lo miro) me está condicionando y me está llevando a unos impulsos sentimentales determinados. Pero los contengo. Eso sería probablemente lo último que me faltaba.

Lula aparece dando saltos por el gran salón. Se ha dejado el pelo suelto, que cae en ondas por su espalda, y se ha puesto una gorra blanca con dos rayas negras a un lado. Sigue vestida igual, por lo que deduzco que lo de «arreglarse» aplicaba solo al pelo y a la gorra.

—¿Estamos listos? ¿Vamos en mi coche? —propone.

—Está bien, pero Lara va delante. A mí me pone muy nervioso cómo conduces.

Lula le dirige una mirada de odio y cierra los puños.

— Qué exagerado eres. Cómo os encanta meteros conmigo. Venga, Lara, ya verás que no es para tanto.

Spoiler: sí que lo era. Fue el peor trayecto de coche de mi vida.


🐻🐻🐻


Mi corazón late acelerado cuando traspasamos el umbral del bar de mi madre. Lo primero que veo es a ella, que está de pie al lado de la mesa de mis amigos, bromeando con ellos. Es normal, los ha visto crecer y últimamente parece que nunca coinciden en un mismo espacio. Son cinco, los de siempre, con los que siempre bromea. Me produce una sensación reconfortante el verlos juntos, sonriendo con amabilidad. Siempre han tratado bien a mi madre. Aunque sea para ganarse un par de cañas gratis.

Ahí está Marta, siendo la cabecilla de la conversación, como siempre. Berto —sin quitarle ojo a Cris—, María, con una sonrisa enorme en la cara, la propia Cris, que es la primera en darse cuenta de mi llegada y Edu, siempre mirando el móvil.

Cris saluda con la mano cuando me ve y yo me siento bastante pequeña, flanqueada por Nico y por Lula, sabiendo que sus presencias están siendo examinadas y juzgadas desde el primer momento. A duras penas le hemos podido explicar a Lula nuestra coartada, entre un pensamiento de ir a morir y el siguiente, pero espero que haya quedado lo suficientemente claro como para convencer a Cris. Porque a mi mejor amiga no hay quien la engañe.

Invocadora [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora