Alzo una ceja ante sus palabras. El ambiente parece haber cambiado tras ellas. Como si se respirara algo diferente, otro aire, otra verdad.
Empiezo a pensar que me están tomando el pelo, pero mi curiosidad natural me lleva a tener como prioridad averiguar qué están tramando. Si es una broma, quiero enterarme. Los miro alternativamente, sus expresiones serias, las mandíbulas apretadas y pienso que si es así, estoy delante de los dos mejores actores de la historia de la humanidad.
—Con tal de que me expliquéis algo... —farfullo.
La anciana mira por encima de su hombro a Leo, que asiente. La mesa baja chirría un poco bajo su cuerpo y yo trago saliva. Luego coge aire, junta las manos y comienza a hablar:
—Me llamo Esmeralda, y soy la Protectora del Secreto de la Familia Ártamo. También soy la abuela de muchos de sus miembros, por lo que oirás que todos se refieren a mí como Nana. Puedes hacerlo también, no tengo problema. La Protectora del Secreto, hace muchos siglos, solía ser venerada como una gran bruja y ser la sacerdotisa del pueblo de Azor, pero el tiempo, el olvido y las nuevas tecnologías me han llevado a ser simplemente y como bien sabrás, la vieja loca de la colina.
Sonríe de manera irónica, como si ese hecho le diera igual, aunque puedo vislumbrar que, en el fondo, es algo que le duele. Ese vínculo que siento entre nosotras se refuerza de pronto, apretándome la boca del estómago, y siento el impulso de intentar reconfortarla poniéndole la mano en el hombro, pero me reprimo. Al fin y al cabo, por mucho que sienta lo contrario, la acabo de conocer.
—El secreto que protejo es tan antiguo como la humanidad. En los albores del tiempo, hubo una guerra. La Gran Guerra, la que lo provocó todo. Solo unas cuantas familias alrededor del mundo la recuerdan, porque para la humanidad siempre ha sido más fácil olvidar que sentirse olvidada. Esta guerra tuvo lugar entre dos razas: una se llamaba a sí misma los Kulua y la otra era conocida como los Thaos. Empezaron a considerar que no había lugar para todos en la tierra, que la otra raza no merecía posar sus pies sobre ella. Los Kulua tenían la habilidad de cambiar de forma hacia seres marítimos, pero les parecía tremendamente injusto tener que conformarse con los océanos por ese motivo. Ellos querían la tierra, dominar el mundo. La sed de poder les cegó y les llevó a pretender destruir a los Thaos en su totalidad. Los Thaos, cuyo alter ego eran las bestias, se transformaron a millares, y a millares murieron hasta que llegó ella. La Invocadora.
Al escuchar ese término, se me eriza la piel de manera automática y casi dolorosa. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo y algo dentro de mí se sacude con fuerza. Me llevo la mano al pecho sin poder evitarlo. La anciana asiente, como si supiera exactamente lo que me acaba de pasar.
—La crearon entre todas las brujas Thaos. En un intento desesperado por salvar su raza, que se encontraba en clara desventaja y con tintas de desaparecer, todas las brujas del mundo le cedieron su poder a una sola, y así nació ella.
—Suena simpática.
—Su sacrificio fue el más grande de todos —continúa, sin inmutarse por mis palabras. Parece determinada a llegar hasta el final de su historia, con o sin mi colaboración— Dio su vida por nosotros. Con el estallido de poder que derivó en su muerte, los Kulua quedaron despojados de su forma humana y se resignaron a vivir para siempre en los mares. Así, los Thaos ganamos un hogar: la tierra. Con el tiempo también los Thaos, despojados de magia y sin necesidad ya de transformarse en bestias, fuimos perdiendo nuestras habilidades en pos de una vida tranquila y humana. El mundo cobró un equilibrio. Y de esa historia ya solo nos acordamos nosotros.
—¿Vosotros? —pregunto.
Ella asiente.
—Las grandes familias. Las únicas que hemos sido encomendadas a conservar el Secreto. Olvidar la historia es condenarse a repetirla, y no podemos permitir que eso pase.

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Invocadora [COMPLETA]
Teen Fiction[HISTORIA TERMINADA] Lara vive en Azor, un pequeño pueblo costero donde nunca pasa nada. La llegada de un nuevo y muy sexy profesor a la pequeña facultad en la que estudia con su amiga de toda la vida, Cris, lo pone todo patas arriba. Una enemistad...