iii. family

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Chris suspiró y miró a la mujer a su lado, desde que habían puesto un pie en el avión, Helena no se había separado la vista de su ordenador portátil. La rubia fresa oprimía con velocidad envidiable las teclas del aparato. El rubio se recostó en el sillón, pensando que aunque el vuelo fuese relativamente corto, para él se volvería aburridísimo, pues prácticamente eran sólo ellos dos en el área de primera clase. Y la chica a su lado, parecía las interesada en trabajar que en entablar una conversación.

Helena miró de reojo al ojiazul y siguió redactando unas cosas. Lena rogó para que el viaje se prolongara lo más que se pudiera, pues sentía nervios de llegar a Los Ángeles y conocer a la familia del rubio a su lado.

—Así que, ¿cuál es tu color favorito?— preguntó Chris de repente. La rubia fresa frunció el ceño y volteó su mirada a él, confundida.

—¿Para qué quieres saber mi color favorito?

—Debemos conocer cosas básicas de nosotros, como por ejemplo, tu color favorito, comida favorita y creo que sería genial que nos pusiéramos de acuerdo para inventar una historia de cómo nos conocimos.—contestó Evans con una sonrisilla y Helena rodó los ojos.

—Azul, pasta y nos conocimos en el set.— respondió ella con simpleza.

—Para ser productora, no eres muy creativa que digamos— dijo él y Lena volvió a rodar los ojos.— Nos conocimos en el set, derramé café sobre tu blusa, me disculpé y cuando miré tus ojos hicimos "click"— finalizó Evans con una sonrisa de suficiencia.

—Qué original— musitó con sarcasmo Lena.

—Lo sé— respondió Chris sin captar el sentido de las palabras de Helena.

El resto del viaje, el rubio decidió dormirse y la mujer a su lado no paró de trabajar en su laptop hasta que la voz del capitán la obligó a cerrar el ordenador y a Chris a abrir los ojos. 

El avión aterrizó y ambos fueron los primeros en bajar del vehículo aéreo. Se dirigieron a la cinta por donde pasaban las maletas. Helena tomó la suya en cuanto la vio y esperó unos segundos al rubio. 

Juntos caminaron por el pasillo hasta salir de la sala de espera, se dirigieron al exterior y tomaron el primer taxi libre que encontraron.

Evans se encargó de darle la dirección al chófer y mientras tanto, Helena mensajeó con Kat, tratando de olvidar que en pocos minutos conocer a la familia del rubio.

El vehículo estacionó frente a una gran y bonita mansión, Lena abrió los ojos sorprendida pues no creyó que alguien como Christopher viviese en semejante residencia. 

—Cierra la boca, Helenita, se te van a meter las moscas— bromeó el rubio y Lena bufó.

La rubia fresa pagó el taxi mientras el rubio se dedicaba a bajar las maletas, Helena caminó sin esperar al rubio y Evans resopló al tener que cargar las dos maletas.

Como pudo, Chris abrió la puerta de la casa, pues Natalie, la señora que se encargaba de cuidar la casa y limpiarla tenía libre el día.

Cuando abrió la puerta grande fue la sorpresa de ambos, pues estaba la que suponía era la familia de Chris, pero era demasiada gente la que estaba en el recibidor. Lena se quedó estática en su lugar.

—¡Chris!—exclamó una mujer rubia y de ojos azules, Helena supuso que era la madre de Christopher. La mujer envolvió al rubio entre sus brazos con añoranza.

—¡Mamá!, ¿cómo estás? Creí que llegarían hasta mañana— dijo el rubio algo confundido pero sin borrar su sonrisa.

—Nos adelantamos, tesoro. Teníamos tantas ganas de conocer a Helena— dijo la mujer y Lena se encogió en su lugar, aún la madre de Chris no había reparado en su existencia— ¿dónde está?— preguntó la progenitora de Evans separándose un poco de su hijo.

king of my heart- chris evansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora