Capitulo 15.

1.3K 129 16
                                    

La habitación de Louis estaba más gélida de lo normal. Su diminuto cuerpo estaba totalmente en llamas. Su celo había llegado y extrañaba más que nunca los tratos de su madre, ella solía arroparlo y cambiarle un paño mojado en su frente cada minuto, le convidaba con chocolate caliente y hasta acostumbraba cantarle para que se calmara. 

Los dolores eran más intensos cada minuto y la necesidad que sentía lo carcomía por dentro. 

Nunca había pasado por un celo tan fuerte, sentía un deseo enorme, imágenes pasaban por su cabeza y en muchas de ellas se encontraba aquellos ojos verdes observándolo atentamente, cada vez que se los imaginaba, un ardor recorría su vientre. 

podía sentir como poco a poco las sabanas se empapaban de sudor, pero poco le importaba en ese estado.

No faltaba mucho para que su celo acabara, tan solo un par de horas, que se hacían eternas para Louis. 

Antes de dejarse ganar por el sueño, unos pequeño golpes insistentes empezaron a sonar en la habitación principal. Louis ya se había decidido a no atender, no estaba de animo para tener visitas. Aquella persona no se cansaba de golpear, pero el ojiazul se estaba cansando de escuchar tal insistentes golpes.

Se levanto un poco molesto, camino en dirección del sonido. Una vez frente a la puerta miro por la mirilla. 

El rostro se le palideció más de lo que ya estaba. Su cuerpo comenzó a temblar sin control.

Solo se alcanzaba a ver un pronunciado cuello y olas de rulos color chocolate caer al rededor de los hombros de la persona detrás de la puerta.

Louis sabía quien era. No se podría olvidar ni aunque quisiera, era extraño, pero estaba muy presente en su memoria. 

Los golpes seguían sonando mientras Louis trataba de moverse lo mas rápido que podía queriendo arreglar la habitación antes de abrir. 

Una vez que termino se paro lo más recto que pudo delante de la puerta arreglando sus cabellos y aclarando su garganta. Coloco su mano en la manija apretándola con nerviosismo.

La puerta se abrió lentamente. La luz del sol cubrió su cuerpo por completo, estaba cegado. Pero podía ver claramente la silueta del Alfa recostada sobre la pared, Este mismo tenía su rostro mirando al cielo, como si estuviera rogando para que alguien abriera.

Apenas se percato de que la presencia de Louis, de un solo movimiento se irguió delante de el. Dejando al castaño nuevamente en la oscuridad ya que con su tamaño cubría la luz del sol. 

- Hola Louis.- Un escalofrío recorro el cuerpo de Louis al escuchar su voz.- Siento si interrumpir, pero necesito hablar.

Harry hacia gestos bruscos con sus manos, como si pensara que haciéndolo Louis le entendería mejor.

- Hola, tranquilo, no estaba ocupado.- Trataba de lucir lo más tranquilo que podía.- Necesitas algo?

El Alfa olfateaba como un perro de caza el aire que de deslizaba por su nariz. Louis comenzaba a ponerme nervioso.

Las pupilas de Harry estaban totalmente dilatadas cuando bajo la mirada, pero se veía completamente tranquilo. 

- Seguro que no interrumpir?

Louis se esforzó por no soltar una carcajada en ese momento.

- Seguro, quieres pasar?- Se arrepintió en el mismo segundo en que termino la frase.

- Si dejas, me gustaría.

Louis se hizo a un lado y el Alfa paso delante suyo dejando un hilo de aroma que agitó a su Omega.

Cosa Nostra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora