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— no creas que voy a volver a caer en tus ojos brillantes y en tus palabras bonitas.

— bueno... — rió levemente. — acabo de acostarme contigo.

— ugh... es que eres demasiado bonito. — se abrazó al cuello del contrario, escondiendose en ese mismo lugar.

rodeó la fina cintura ajena con sus manos, lo apegó un poco más a su cuerpo y recargó su mentón sobre la cabeza del contrario. — ¿tienes que... irte?

— hm... — alzó un poco su vista para ver a aquel chico. — ... no me gustaría decir que sí...

— eso es tierno. — sonrió, subiendo una de sus manos hasta el cabello grisáceo para acariciar un poco.

— oh, no es por ti. — el mayor hizo una mueca ante aquel comentario. — jisung...

— ¿pelearon? — interrumpió, dirigiendo su vista al techo de la habitación. estaba algo nervioso, quería hablar seriamente por primera vez con aquel chico.

— sí... algo así, no es importante... pero no quiero volver al trabajo. — soltó un suspiro. no quería llegar y encontrarse con su mejor amigo, aunque debería volver en algún momento, no podía escapar de sus responsabilidades.

— eso es bueno, quiero hablar contigo...

— ¿Quieres hablar conmigo? — cuestionó, alzando sus cejas ante esas palabras. nunca habían tenido una conversación seria en toda su... relación.

— oh, disculpa, ¿puedo? — devolvió su vista al más pequeño, con una sonrisa burlona en sus labios. — olvido que eres mi jefe.

— ja, ja, sí, eres gracioso, lo entiendo. — rodó sus ojos. — ¿qué ocurre?

— por favor... no te asustes... — hizo una pequeña pausa y, al notar que seungmin esperaba que hablara, continuó. — ... ¿aún piensas en casarte?

— ¿perdón? — se acomodó el sofá, sentándose en el mismo.

— zije que no te asustaras. — hizo una mueca, imitando la acción contraria.

— no estoy asustado, solo... ¿por qué te interesa mi vida personal tan de repente? — frunció un poco su ceño, confundido por su pregunta.

— bueno, acabamos de...

— ¡sé lo que hacemos! — interrumpió, para luego hacer una pausa y mordisquear un poco sus mejillas. — lo sé muy bien, pero eso no significa... nada.

— ¿no significo nada para ti? oh, bueno, eso duele. — desvió su mirada. esta vez, las palabras del más pequeño lo habían herido.

soltó un suspiro, al notar que un silencio se había formado entre ellos; christopher estaba molesto por la decisión que el menor estaba tomando, quizá porque esa aventura terminó transformándose en sentimientos que, en ese momento, quería tirar a la basura, estaba molesto consigo mismo por haberse besado con ese chico de cabellos grises en primer lugar. seungmin, en cambio, no podía creer el papel que estaba tomando aquel chico rubio. Mentía, claro que lo hacía, adoraba la forma que lo hacía sentir con sus roces o con las palabras llenas de cumplidos empalagosos que le decía apenas estaban abrazados entre las sábanas pero, ¿aquello le garantizaba una vida perfecta como changbin lo hacía?

— ¿q-qué es lo que sientes, christopher? ¿te gusto? ¿es eso? — preguntó mientras comenzaba a buscar su ropa por el lugar.

— ¿qué es lo que sientes tú? — acomodó su cabello, soltando un suspiro pesado mientras observaba como el contrario comenzaba a vestirse.

la boda de mis sueños. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora