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— ¿dónde está minnie? — preguntó el castaño, entrando a la casa de su mejor amigo.

el gran día había llegado, solamente faltaban horas para dar la respuesta que cambiaría su vida para siempre.
jisung había acordado buscar al menor para acompañarlo, junto a su familia, a la iglesia en la cual se celebraría su matrimonio pero, al parecer, seungmin no se encontraba con ellos.

— está encerrado en su habitación. — jeongin se encogió de hombros. — mamá está hablando con él.

— ¿encerrado? — su amigo no haría algo como eso, estaría más que emocionado por llegar hasta el lugar, sabía que algo malo estaba pasando.

sin esperar una respuesta del hermano menor de aquel chico, se acercó a la habitación para golpear la puerta.

— ¡Vete de aquí, jeongin! — escuchó la voz del chico de cabellos grisáceos y la madre del mismo queriendo calmarlo; parecía estar alterado.

— seungmin, soy yo, jisung...

— ¿jisuung...? — se escuchó un pequeño murmuro antes de que el dueño del mismo abriera la puerta. — ¡tardaste demasiado! — exclamó, tirándose a los brazos ajenos.

— minnie... ¿qué es lo que ocurre? — preguntó, correspondiendo al abrazo del mismo.

— seungmin no quiere casarse. — bufó su madre, molesta por la situación.

— ¿qué...?

— fue un error, jisung... tuve que escucharte, no quiero casarme con changnin, no es lo que quiero para mi vida... — negó con su cabeza, observando al nombrado con ojos cristalizados, a punto de romper en llanto.

— ¿no es lo que quieres? ¡nadie puede darte la vida que changbin va a darte! — exclamó la mayor, tomando a su hijo por el brazo.

— ¡no es cierto! — se soltó de su agarre. — ¡es la vida que tú siempre quisiste para mí! no soy feliz... quiero parar con esto, quiero... quiero sentirme amado. — presionó sus labios.

su madre frunció el ceño, dispuesta a responderle y convencer a su hijo de que aquel azabache era el hombre de su vida.

— señora kim, — el castaño interrumpió. — seungmin no está hecho para ese tipo de vida...

— no quiero casarme... changbin no es el chico perfecto para mí... — frotó un poco sus ojos, saliendo de la habitación para dirigirse a la puerta principal, ignorando totalmente a la gente que lo rodeaba.

sin pensarlo demasiado, siguió a ese chico de cabellos grisáceos hasta la calle.
no sabía lo que haría ahora su amigo, él siempre tenía todo perfectamente planeado y que, ahora, estuviera actuando tan espontáneamente llegaba a asustarlo pero, a la vez, se encontraba feliz de que al fin ese chico estaba dirigiendo su propia vida.

— ¡seungmin! ¿dónde vas? — preguntó alzando la voz, el nombrado se encontraba algo lejos, en su propio auto, dispuesto a irse de aquel lugar.

se asomó un poco por la ventana del conductor, sonriendole al mayor.

— ¡tengo que hablar con chris! — luego de responder, se acomodó en su asiento, encendió el vehículo y comenzó a conducir a la casa del mismo.

su mejor amigo se quedó frente la casa del menor, observando como el auto de ese chico se alejaba de ese lugar. esperaba que estuviera bien, nunca era sencillo volver a empezar con un nuevo estilo de vida, aunque estaba seguro que seungmin sabría como afrontar todos esos cambios.

[ ☁️ ]

— ¿cuanta ropa crees que debería llevar? — el pelirosa aún se encontraba haciendo su maleta para el viaje que sería a la madrugada, eligiendo cada cosa que llevaría.

la boda de mis sueños. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora