¹⁰

2.3K 343 181
                                    

frenó en seco, mordiendo sus labios mientras sentía como las lágrimas comenzaban a agolparse en sus ojos, al parecer, su situación si podía empeorar.
volteó a ver al rubio, con sus ojos cristalinos.

— ¿por qué me dices esto ahora?

— bebé... — volvió a acercarse un poco a él. — te quiero en mi vida.

— ¡deja de decir esas cosas! — se acercó, golpeando con levedad el pecho contrario; sintió como las manos de aquel chico rodeaban su cintura, se calmó ante aquel tacto y se escondió en el pecho del mayor.

— ¿qué es lo que quieres, minnie? — subió sus manos hasta los hombros ajenos, alejándolo un poco de su cuerpo, al notar que se encontraba llorando tomó las mejillas del peligris, secando las lágrimas que caían con sus pulgares. — ¿una vida perfecta? prometo que podemos tenerla.

el menor negó con su cabeza.

— ya tengo todo lo que necesito, ¿por qué siempre arruinas mis planes? — se aferró a las muñecas del contrario.

— lo siento... en serio lo hago... pero yo no te obligué a besarme. — soltó un pequeño suspiro, observando la mueca ajena. — puedo darte todo lo que me pidas... quiero que te quedes a mi lado.

— amo a changbin.

— ¿lo haces? — cuestionó. — ¿eso es lo que quieres para tu vida? ¿dónde quedó tu vida perfecta? él ni siquiera te besa, dudo que note los detalles tan bonitos que tú tienes... seungmin, yo te amo.

bajó su mirada.
siempre había tenido una sola idea de una vida perfecta, quería seguir los pasos de sus padres al pie de la letra, necesitaba tener la seguridad de que su futuro estaría en perfectas condiciones y christopher no le aseguraba nada de eso pero aún así lo quería, lo quería apesar de todas las imperfecciones que el mismo tenía. quizá eso era la perfección, ese chico que lograba completamentarlo.

tomó un poco de aire y alejó las manos ajenas de su rostro para acto seguido limpiar sus propias mejillas. observó los ojos castaños de aquel chico, aquellos ojos que le transmitían millones de emociones con solo una mirada.

— voy a pensarlo. — no estaba seguro de sus propias palabras, pero se sintió reconfortado al observar los hoyuelos del rubio debido a la sonrisa que había esbozado.

no tenía demasiado tiempo para tomar una decisión, los meses se pasarían rápido y harían presión contra su pecho, ya estaba asustado por la simple idea.
sin decir mucho más se separó completamente del australiano, dejándolo con aquella esperanza en su mente. con la mirada baja subió hasta su departamento, abriendo la puerta del mismo solo para encontrarse con su novio.

— ah, seungmin, ¿estás bien? — preguntó el azabache a penas notó que su novio había estado llorando recientemente, el mismo asintió.

— sí, sí... — asintió un poco más con su cabeza, volviendo a secar por debajo de sus ojos. — era chris, nuestro arquitecto... tuvimos una pequeña discusión y...

— estás demasiado estresado. — interrumpió, sabía que su novio estaba agobiado por distintos temas y eso lo volvía más sensible de lo habitual. se acercó a él y colocó una de sus manos en la espalda baja del menor, guiando al mismo hasta la habitación. — vamos a dormir, ¿bien?

— bien...

[  ☁️ ]

el rubio se dirigía tranquilamente a su casa, alegre por la respuesta que había obtenido de su amante. al llegar abrió la puerta, cerró la misma detrás de su espalda y se dirigió a su habitación, era tarde y estaba cansado, solo quería esperar el mensaje de seungmin para saber que hacer.

al abrir la puerta del dormitorio observó que su pareja, su esposo, estaba allí recostado. un chico de cabellos rosados, de contextura delgada, también australiano, con pecas que adornaban todo su rostro tal como estrellas al firmamento. lee félix.
el menor lo recibió con una sonrisa, levantándose de la cama con cierta emoción.

— ¡cariño! — exclamó, estirando sus brazos para rodear el cuello contrario y, al sentir las manos de ese chico en su cintura, le dio un pequeño beso en sus labios. — ¿cómo estas...? has tenido mucho trabajo últimamente.

— oh, sí... es agotador... amo llegar a casa. — se escondió en el cuello del pelirosa, tomando un poco de aire para sentir el aroma del mismo, tal y como solía hacer con seungmin.

— deberías dormir un poco. — comentó mientras acariciaba la nuca ajena.

se alejó un poco del mayor, buscando y rebuscando entre los cajones de su mesa de noche. mientras tanto, el rubio se sentó en la cama, comenzando a desajustar un poco su cobarta.

— mira... — le extendió unos boletos. — ... creí que sería una buena idea tomarnos unas vacaciones, solos...

el contrario arrugó un poco su nariz y tomó los boletos con una de sus manos, observando que la fecha de los mismos coincidían con la boda del peligris.
negó con su cabeza, extendienlo nuevamente los boletos a su novio.

— lixy... tuviste que haberme preguntado antes de comprarlos... tengo demasiado trabajo para esas fechas, cariño. — mintió, la casa de seungmin debería estar terminada semanas antes, pero no podía irse sin saber la decisión del menor.

— pensé que sería una buena idea...

— ¿no puedes cambiar las fechas? - interrumpió. así tendría algo de tiempo.

— dime la verdad, christopher... ¿por qué no quieres ir? — bufó, sentándose a un lado del mismo.

al escuchar su nombre completo ladeó un poco su cabeza, el contrario nunca lo llamaba de esa forma. — ya te lo dije, tengo trabajo... sabes lo ocupado que estoy. — acarició las suaves mejillas del pequeño, intentando convencerlo.

— deja de mentirme... — tomó la mano del mayor y la quitó de su rostro. — estás esperando a seungmin, ¿cierto?

No supo que responder ante tal pregunta, quedándose callado por lo mismo, casi delatandose a si mismo. — No sé de que hablas. — se excusó.

— ya lo sé chris, sé que lo ves, sé que tuvieron algo... ¿estás esperando a que le digo que no? — el rubio bajó su mirada, intentando pensar algo para que el menor dejara de preguntar. — por favor, mírame... — murmuró y al no obtener respuesta tomó las mejillas ajenas para levantar su mirada. — ¿por qué lo hiciste? ¿no te di lo suficiente...?

— félix...

— él va a casarse, ¿por qué se quedaría contigo? solo está jugando... su novio es alguien que absolutamente todos quieren a su lado, su modo de vida es totalmente diferente al nuestro... no va a elegirte. sabes que te amo, ¿cierto...? — el contrario solo asintió con su cabeza, no podía siquiera emitir algún sonido. — quédate conmigo, puedo hacerlo mejor, te lo prometo...

rodeó la cintura de su novio con ambos brazos para acercarlo a él, escondiendolo en su pecho. — lo siento tanto, pequeño... - susurró, recargando su mentón sobre el cabello rosado de su pareja.

en el fondo sabía que seungmin ni siquiera lo tendría en cuenta, sabía que escogería a changbin porque encajaba con lo que siempre había soñado desde pequeño a pesar de no ser el chico que necesitaba. dolía, dolía saber que no encajaba en la vida del peligris, pero también amaba a su novio y no podía dejarlo, menos aún cuando le había dado una segunda oportunidad.

la boda de mis sueños. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora