¹² ; final

3.1K 423 222
                                    

el menor se encontraba mordisqueando una barra de chocolate, escondido en el pecho de su mejor amigo, mientras aún lloraba debido a la desilusión que el rubio le había provocado.

— n‐no puedo creer que Chris me hiciera esto...

ambos chicos estaban en uno de los sillones de la empresa; seungmin se encontraba extremadamente dolido por aquella situación mientras que jisung intentaba contener a su amigo.
acariciaba el cabello grisáceo del menor, escuchando los lamentos del mismo. le dolía ver a su amigo así, incluso le dolía más por el hecho de que sus lágrimas estaban siendo provocadas por un estúpido chico que no había valorado todo lo que seungmin había dejado atrás por él.
soltó un suspiro, disgustado por la situación que en ese mismo momento estaba viviendo.

— ¿acaso no di lo suficiente?

— ah, no inventes... cambiaste toda tu vida por él, chris es un cobarde por no arriesgarse por lo que quiere... — frunció su ceño, arrugando su nariz. estaba bastante enojado con aquel australiano.

— nunca tuve que dejarme llevar por él... quizá mi vida con changbin sería mejor... — bufó, abrazándose un poco más al mayor.

— no estás hecho para ese tipo de personas... mereces todo el amor que das. — se encogió de hombros, convencido de sus palabras.

sabía que el menor estaría mejor luego de todo aquello, lo superaría con el tiempo y encontraría una relación en la cual pudiera amar sin ningún problema, estaba seguro de que nunca volvería a cometer los errores del pasado.

— soy un idiota... — murmuró, cerrando sus ojos y sentándose en el sofá.

se veía muy mal; tenía las mejillas y nariz rojizas, sus ojos hinchados y su piel algo irritada. conocía a ese chico hacía años y nunca lo había visto tan dolido como en ese momento, quizá al salir de su zona de confort tan de repente lo expuso demasiado a la realidad del mundo, no le importaba, solo quería cuidarlo.

— no te lastimes así... aprendiste de tus errores, ¿cierto? — tomó los hombros ajenos, dedicándole una pequeña sonrisa. obtuvo una respuesta afirmativa con un gesto de cabeza. — entonces no te preocupes, el tiempo pasará rápido.

— eso espero... — hizo una mueca, bajando su mirada. — mi cabeza duele demasiado, quiero ir a casa... pero no tengo a donde ir.

— vas a quedarte en mi casa, no te preocupes, — empujó el hombro ajeno con levedad, como una broma. — haremos pijamadas, como en los viejos tiempos.

el pequeño soltó una pequeña risa. — no quiero molestarte...

— no lo haces. — negó con su cabeza. — no voy a permitir que vivas en otro lugar, ¿cómo voy a cuidarte de otra forma?

— no necesito que cuides de mí. — rodó sus ojos.

— claro que lo necesitas. — el castaño soltó una risa, sabía que seungmin era bastante terco, pero eso no le impediría llevarle la contraria en esas situaciones. Sería divertido empezar a convivir con el mismo.

— bien, bien, como digas. — hizo una mueca, haciendo burla a su amigo. — llegaré a tu casa y dormiré todo el día...

— ¿qué? claro que no. — se levantó del sofá, acomodando un poco su camisa. — no voy a dejar que te hundas en la cama para llorar por un estúpido.

— jisuuung... — tomó aire, para luego soltar un suspiro. — ... no seas así...

— de esa forma nunca vas a superarlo. — lo tomó desde la muñeca, haciendo que se levantara de donde estaba sentado. — iremos de fiesta.

la boda de mis sueños. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora