XI

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Lo miro y él a mí, arranca el carro y veo mi conversación con Diane, ha pasado un poco menos de un mes desde que se fue, pero ya la extraño.

— ¿Peleas de pareja?—

Dice y mi rostro se ilumina con una sonrisa, él de verdad es... Increíble. Asiento, y pienso que tal vez no debí responderle así.

— Aún Diane no se me declara—

Repetí, y él río.

— Deberías declararte tú—

Dice algo burló, asentí y volví a mi móvil. Me siento extraña, el día en que fuimos a esa heladería Diane paso por un mal momento. Siento como ella me hace falta. Le escribo y río por su petición.

— ¿Ya se reconciliaron?—

Asiento y él estaciona el coche jalando suavemente mi celular, empieza a escribir

— Dile que es a tu nombre, no quiero volver a pelear tan pronto—

Él asiente y comienza a escribirse con Diane, no sé muy bien si se llevan muy bien o muy mal, porque siempre tienen algo de qué conversar esos dos, sea peleando o estando demasiado de acuerdo con algo a punto de planear un asesinato. Miro el paisaje y a él, se ve entre sarcástico y ¿Molesto?

— ¿Pasa algo, Rhett?—

Él niega ladeando y arranca el auto.

— ¿Cómo está tu madre?—

Pregunta con naturalidad y siento como mis lágrimas caen lentamente, ni siquiera intentó esconderlo, él me ve algo sorprendido.

— Ella murió una semana antes del baile de graduación—

Él se ve desconcertado, levanta sus brazos hacia mí, pero no me toca, solo los aparta lentamente

— Yo... no lo sabía—

Dice tratando de asimilarlo y luego me mira, mientras seco mis lágrimas suspirando, manteniendo mi respiración regular para calmarme.

— ¿Tu padre?—

En el carro se forma un silencio sepulcral y suspiro, para explicarle

— Nos abandonó antes de la muerte de mamá—

Él deja de mirarme y mira el frente, había parado cuando empezó el interrogatorio.

— ¿Y qué hay de tu hermano?—

Mi corazón da un vuelco y lo miro a los ojos, no por valentía, solo no estoy preparada para abrirme del todo.

— Él quedó en sillas de ruedas desde el día de la muerte de mi madre—

Rhett traga duro y me mira algo ¿enojado?

— Tengo una pregunta más, ¿Por qué nunca supe nada de eso?—

Lo miro y susurro para mí

— No es de tu incumbencia—

Él escucha mi queja y ríe secamente

— ¿No es de mi incumbencia? ¿Es que no éramos pareja?—

Ahora soy yo la que ríe

— Esa relación estaba destinada al fracaso—

No puedo creer que dije eso y él me mira con los ojos cristalizados ¿Vas a llorar, Rhett?

— ¿Eso piensas? ¡¿Nunca fue serio?!—

Las lágrimas ruedan por su rostro, no me da pena, parece un truco, una manipulación.

— Deberías superarlo, Rhett—

Dije abriendo la puerta del carro, no estoy para juegos como este. Camino alejándome del carro y subo al primer bus que para. ¿Quién se cree para hablarme así? ¿Mi padre? ¿Mi novio? Solo es el primer novio que tuve, no puede tratarme como a una chica hormonal de secundaria.

Llamó a Diane, bajando del bus y dirigiéndome a la farmacia más cercana.

—¿Aló, Diane?—

Dije con tres pruebas de embarazo en la mano

— ¿Hola? ¿Azul?

— Ya estoy comprando tus pruebas de embarazo, no entiendo porque una doctora le pide a una amiga que se las compre—

Dije sarcástica y algo incómoda

— ¿Será porque la amiga doctora aún está en horario de trabajo y en este hospital no hay pruebas de embarazo de pipí?

Dijo Diane en el teléfono.

— De paso compraré condones, me faltan en casa—

Dije con una sonrisa mientras elegía unos e iba a pagarlos.

— ¿Tyler sabe que crees estar embarazada?—

Dije despreocupada, eso del matrimonio y la fidelidad no es lo mío

— ¿O es de otro?—

Parece que tampoco lo es la discreción, mencioné pícaramente.

— Nop, la última vez que tuve sexo con alguien más, use condon y fue hace más de un año—

— Bueno, no era eso a lo que me refería con otro, ya tu sabes ¿Esposa infiel?—

Dije burlonamente.

— Al menos que te refieras al amigo de ahi abajo de él, no he estado con nadie más.

— ¿El amigo de allá abajo? ¿seguimos en secundaria? ¿Qué tiene de malo decir polla?

Lo sé, la estoy molestando mucho, pero no se inmuta y eso me molesta. El cajero me guiña el ojo al escucharme decir eso.

— Amor, quiero tu polla en mí, te amo—

Dije al teléfono, el cajero mira a otro lado.

— ¿Alguien te escucho?

Dijo relajada, pero me suena como una mojigata, creo que no recuerda cuando estábamos en la universidad

— Por ese tipo de cosas no lo digo en voz alta.

Bueno, luego cuelgo, leo la conversación de Rhett y Diane.

Bueno, luego cuelgo, leo la conversación de Rhett y Diane

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