Sangre De Cenizas © [Resubiendo]

04 ✝ ANSIA

Rochelle

Asistí con normalidad al instituto el resto de semanas, luego de ese encuentro confuso no volvió a repetirse como me confíe que sería, al contrario, siendo hoy las siete de la mañana parece que ni siquiera se quedó a dormir anoche, su auto no está y supongo tendré que irme en autobús al colegio.

Salgo de mi casa y comienzo a caminar cuesta abajo la banqueta para salir del conjunto, unas cuadras más arriba del conjunto hay una parada de autobuses, pero es muy temprano, no sé si pase por mi instituto específicamente, o si... Bueno ya, voy a tomar un taxi, la paranoia me carcome. Me voy en taxi normalmente al instituto y veo mis clases del día con la idea que no deja de invadir a ratos mi cabeza, es la desaparición de Adam, en estos meses nunca me había dejado a mi suerte para llegar al colegio.

Las horas se van y he aquí, me encuentro parada justo donde siempre me espera, el espacio permanece vacío y al tiempo siento algo parecido, un tipo extraño de abandono me invade cuando camino hacia el mismo lugar donde me dejó el taxi temprano para subirme a otro porque me da miedo subirme a un autobús y que cuando lo note aparezca en Carolina de Norte.

El taxi es más directo y lo que más deseo es llegar y dormir a mi casa para dejar de pensar o preocuparme por imbéciles abandonadores. Detengo el taxi, un hombre de mediana edad es quien lo conduce y le doy la dirección de mi conjunto y de camino a allá solo me fijo en la ventana, para llegar hay una eternidad de semáforos.

Adam ¿Por qué no me habrá buscado hoy? Ni siquiera avisó a dónde iba ni que no lo haría, madre me lo hubiera dicho, ella no olvidaría algo tan importante como eso y como si lo invocara percibo a mi costado, junto al taxi, un auto llamativo. Me paralizo al verlo porque parece tener una expresión de estrés intenso, se ve diferente, no tengo duda la menor de que sea él. Me fijo que su auto va en la vía contraria y cruza en un cartel donde advierte de animales salvajes, es una vía rústica en una zona industrial ¿Por qué se dirige al bosque? El taxi avanza en la calle normalmente y no tardo mucho en tomar una decisión.

—Señor, puede devolverse en la vía contraria, por favor. Es urgente —le pido y el hombre me hace caso girando el auto por esa vía con algo de duda, luego de que pasamos el cartel pude divisar en el fondo el auto de Clark.

Le digo que lo siga, el hombre parece vacilar en todo momento, me siento como en persecución porque el hombre acelera para seguirle el paso. El auto de color gris gira en un cruce estrecho y el taxi igual guardando su distancia.

Yo me oculto acostándome en el mueble para que Adam no pueda verme por el retrovisor, aunque soy una estúpida si creo que no notará el brillante amarillo pollo del taxi en el que lo sigo. El hombre da unas vueltas y de la nada se detiene diciéndome que no puede seguir más porque la vía está muy empinada. Le agradezco bajándome, le pago y le doy algo de propina por esta persecución; el taxi se va y me quedo a mitad de lo que parece el inicio de una arboleda terroríficamente alta. Veo en lo alto de la colina estacionado el auto del idiota que persigo hace un rato, esto es muy enfermo, pero ¿qué hace por aquí? Seguramente trafica órganos y quiere robarme los míos, es eso.

Subo la colina en zigzag para no caerme, me sostengo de los árboles y me apuro por llegar, que debe estar haciendo. Dudo que esté en luna de miel con alguna mujer, sería muy cínico. Me subo la capucha de mi sudadera y sigo subiendo, mis converse se hunden en el barro y me arrepiento mil veces, cuando comienzo a considerar bajar y esperarlo, de lejos diviso dos casas rodantes creando un callejón rodeado de árboles en círculo, camino rápido de árbol en árbol hasta llegar al costado de una de las casas. No oigo nada, solo murmullos y eso me pone nerviosa porque no serviría de nada haber venido hasta aquí y arriesgar mi pellejo si no descubría algo relevante. Me asomo un poco viendo a Adam vestido de colores oscuros, una sudadera azul marino y unos pantalones negros, tiene una capucha puesta y habla con otro tipo que también está vestido parecido. Eso activa infinidad de variantes en mi cabeza para dudar de lo que asegura ser. De la nada el hombre le entrega un sobre amarillo el cual dobla y se guarda en la sudadera.