02 ✝ GIORNATE INTENSE

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Trato de buscar las palabras rascándome la frente mientras él me mira, la verdad si quiero decírselo antes de que lo pregunte para ahorrarme la charla, pero es tarde.

—¿Qué te pasó? —pregunta con ese toque de intriga en sus palabras acompañada de diversión.

—Larga historia —aclaro rodando los ojos.

Sonríe con burla —Tengo todo el día si es muy larga —afirma girándose hacia mi dirección.

—De verdad, es algo estúpido, no importa lo suficiente para gastar tu tiempo, solo vámonos —hablo seria dirigiéndome hacía la puerta que bloquea y me acerco lo suficiente como para incomodarlo.

Pero no se mueve, solo acerca su cabeza a la mía viéndome con esos malditos ojos azules que me ponen nerviosa, parece detallar mi herida.

—¿Por qué decides lo que vale mi tiempo? —me cuestiona y retrocedo con terror.

—¿Por qué insistes? —Me pongo a la defensiva haciendo contacto visual, siento que las palabras se atascan en mi garganta porque no puedo decir nada más.

Ya hablamos de sus ojos y en el fondo me molestan mucho, si no tuviera esos ojos pudiera averiguar qué se trae. Hace un gesto, como si le extrañara mi pregunta.

—¿Por qué? Rochelle, te traigo completa y sana al colegio y luego te busco con un moretón en la cara ¿crees qué no debo saber qué pasó? —Suena molesto, como si le irritara mi misterio.

Y me parece hipócrita porque su presencia es un misterio, trato de calmarme, de guardar la compostura.

—Me golpeé con una puerta ¿bien? —le aclaro entre dientes preparada para subirme de una vez al auto.

Es la primera vez que parece un chico malo adolescente sin ánimo de discutir apoyado en su súper genial auto deportivo gris ya que me hace un gesto, suspira bajando la mirada mientras se rasca la nuca, el más fuckboy de E.E.U.U, uuuh, felicidades.

—Decidiré simular que es cierto y que no eres horrible mintiendo y al llegar a casa me iré lo más pronto posible para no oír a tu madre discutir —Le da la vuelta al auto abriendo la puerta de mala gana.

Es la primera vez que discutimos de esta manera o bueno, que él se obstina tanto que suena molesto y de verdad, no quise ser grosera pero no es su problema ¿o sí?

Me subo casi al tiempo con él y mientras enciende el auto vacilo en contarle, no me cae bien, no lo tolero, pero no me gusta esta versión de sí mismo que asusta. Soy necia, cuando se me mete algo en la cabeza no puedo dejarlo hasta comprobar o desmentir el objetivo y si de algo sirve contarle creo que lo haré, sueno muy condescendiente y blanda, pero si quiero averiguar cómo es en realidad debo tenerlo muy cerca, tan cerca como se pueda y estar molestos no es bueno.

—Iba caminando por el pasillo y un chico muy alto no me vio porque iba de espaldas y me tiró su soda encima... —Comencé a contarle mientras me escuchaba en silencio— nos volteamos al mismo tiempo y me golpeó la cara con su mano por accidente.

Termino la explicación y solo espero un regaño, tal vez un consejo u otra enseñanza madura de su parte pero me quedo congelada, tan congelada al oírlo carcajearse con tantas fuerzas cómo si le divirtiera mi seriedad, cómo si todo el plan que me armé en la cabeza no importase y solo le causa gracia, mientras cesa la risa me voltea a ver tratando de decirme algo y me quedo viéndolo unos segundos, su sonrisa es bastante armónica en su rostro desde siempre, la claridad de sus dientes resalta mucho al sonreír. Definitivamente Adam Clark representa externamente la divinidad de todo lo que conocemos; su apariencia, su voz, hasta sus acciones son tan buenas que dudo, de verdad dudo que alguien así pueda existir y eso corrobora aún más mi teoría de que oculta algo, pero es solo una teoría y sería decepcionante que de verdad sea así de perfecto sin ningún secreto.

Sangre De Cenizas © [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora