18 ✝ CANE DA GUARDIA

144 13 5
                                    


  Desconocido

  Llueve.

  Es una tarde lluviosa, son lluviosas desde que pise el suelo de este país extranjero, avisto charcos de agua de diferentes tamaños reflejar el cielo sobre la grama bastante baja del patio, frente a la ventana empañada y grande en una de las paredes junto a un librero.

  No llevo mucho aquí parado y me he cuestionado unas cuántas veces la congruencia de dicho librero tomando en cuenta el clima de esta ciudad, solo concluyo que el dueño es un nesciente en la plenitud de la palabra.

  Fue mi primera impresión de este lugar hace unos años, años que agradezco ya que hacía mucho no lo visitaba de nuevo. Cada vez dicho librero parece más deteriorado como hoy, los libros se ven amarillentos por la humedad, una verdadera lástima.

  En mi tiempo de ausencia recorrí oriente medio dando soluciones a problemas externos, más concretamente problemas de mi padre, desde siempre he sido su sórdido y desechable cane, que carece de independencia o de superposición ante la orden, solo es leal y faldero. Por supuesto que, de esa forma me crió, no conozco nada más que ello.

  Solo conozco reglas, condiciones, trueques, tratos y cada uno se rige por una ley: o cumples lo que se te impone o te va mal, eso me enseñó mi padre. Es básico que algunos padres se salten dicha ley para llevar una convivencia respetuosa con sus hijos, pero en mi familia algo mucho más poderoso que el respeto es la lealtad y no hay peor crímen que la traición por lógica.

  Entonces si lo estipulamos de esa manera, tal vez mi padre me considere un mísero perro y yo lo considere un maldito tirano pero soy leal al tirano y el tirano es leal a mí.

  El tirano es sabio, es cruel pero justo, ese tirano es mi padre ¿no se supone qué los padres deben enseñar cosas qué nos sirvan? El mío es más bien, exageradamente hablador.

  —¿Qué quieres decir con qué te irás? —Se levanta golpeando la mesa con enojo.

  Respingo acomodando mi postura para seguirlo con la mirada, no acostumbro a darle la espalda o bajar la guardia mientras está presente.

  —Señor, le seguí las huellas hasta un estado poco conocido, es casi un botadero —le informo con la voz firme y la espalda recta.

  Recorre mi silla como una hiena hambrienta que espera cualquier error para reprocharlo o en su defecto, para devorarme.

  —Bien, pero no tendrás dinero de mi parte, estoy harto de tus "misiones" fracasadas —Vuelve a su asiento con rabia— llevas jodidos ¡dos años! buscando a ese desgraciado ¿de verdad te quedó tan grande?

  Bajo la cabeza sintiendo como el cuerpo se me eriza por sus palabras. Soy un verdadero inútil, avergüenzo el apellido de la puta familia y a todos...

  —No, señor. Este viaje irá por mi cuenta y no volveré hasta tener contra las cuerdas al objetivo —decreto con la vista en el suelo, no puedo mirarlo. Las manos me tiemblan lo suficiente como para poder hablarle a la cara, la sensación de querer seguir hablando me invade de nuevo y solo me tenso.

  Un silencio gobierna esa biblioteca y el único ruido que arremete sobre el techo es el de la lluvia feroz que se hace visible por las ventanas.

  —Si vuelves de nuevo a mi casa luciendo tan miserable te...

  —No pasará, es un juramento —afirmo rápidamente.

  —¿Por qué me interrumpes? —Lo oigo escalar en su tono de voz.

  —Me disculpo, pero...

  —¿Pero qué? —No me atrevo a mirarle.

  —Fue un error que no se repetirá señor —musito y de golpe oigo esa particular risa burlona que posee.

  —Me das tanta pena... —Golpea la mesa de la nada y respingo— ¡mírame!

  Alzo la cabeza clavando mis ojos en los suyos, tenía años sin ver esa negrura inocente que abarcan sus pupilas y mi cuerpo actua solo, un intento de sonrisa se forma en mi rostro que desaparece rápidamente, me tomó fuera de base esto.

  —¿Yo te enseñé a qué temblaras cómo un marica cuándo te hablo? —Me pregunta formando una mueca de asco en su cara.

  —No señor —musito maldiciendo internamente por no poder detener mi cuerpo.

  Sin avisar, de imprevisto un estruendo hace eco en dicho lugar y me paralizo, quizás por el ardor o por la sorpresa de ser abofeteado ya que mis ojos apuntan a la dichosa ventana de mi costado que parece mucho más empañada, el clima empeoró al parecer.

  —¿Qué acabo de decirte? —Espeta y presiono mis dientes conteniendo las palabras o quizás la rabia, ambas a decir verdad.

  Ya soy un maldito adulto, porque te...

  —¡No, señor! —exclamo manteniéndome recto en mi silla y con la frente en alto.

  Me observa unos segundos y luego se da la vuelta volcando los ojos, pido permiso para retirarme y no se me es necesario escuchar una respuesta ya que no me dirigirá la palabra hasta complacerlo, por lo que me retiro.

  Desde que tengo uso de razón he ejecutado está misma dinámica, incluso con mi madre viva, con la familia que tanto detesto cerca, mi padre siempre ha sido de esta manera tan... Fría y dictatorial.

  Aunque sea su único hijo parece ignorarlo, o aborrecerlo, incluso me atrevo a decir que odiarlo. Quizás no soy lo suficientemente bueno para mi padre ¿nunca han sentido eso? Como si les debieran la vida a sus padres pero ellos parecieran desechar esa plenitud de lealtad y limpiarse el trasero con ella. Es exactamente así.

  Soy bastante joven en este momento pero puedo entender esto con claridad, no soy querido por nadie vivo, soy demasiado ruin para serlo por alguien muerto por lo que; en este momento tengo la única libertad de no estar atado a nada, de ser un perro guardián sin ataduras, irónico ¿no?

  En todo caso no es muy importante, ya que no protagoniso esto, no soy una chica bonita que debe ser salvada de este martirio, ni una que está destinada a amar a alguien, ni una empoderada que tiene que salvarse sola.

  Soy un hombre y debo ser fuerte, debo tolerarlo, yo debo ignorarlo y continuar ya que en el orden de las cosas soy yo quién debe salvar a la chica, quién está destinado a enamorarse de ella, quién tiene que estar junto a la chica que se salva sola.

  Por lo que ser el perro de mi padre es mi decisión, decisión que honro, que dicto y que obedezco sin chistar, pero de igual manera tengo la facilidad y disposición de romper.

  Y soy hijo de mi padre, sé que este no es el momento de hacerlo.

🜚

Instagram: @/an.oxpina.eren_
Twitter: @/an_oxpina_eren_

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 29 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sangre De Cenizas © [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora