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A pesar de estar en aquella escuela desde que tenía 10 años, el primer día de cualquier ciclo escolar ponía nerviosa a Delilah. Nuevas personas las cuales tenían la estupida necesidad de hablarle para "tener su amistad" y eso de tener que hablar con alguien más  se le figuraba muchísimo más inquietante. Ya que para eso, tenía a Annie, su mejor amiga.

Como normalmente lo hacia, se levantaba temprano y caminaba sola hasta su escuela donde se sentaba en la banca justo a un lado de la entrada, para observar cómo la gente pasaba. Annie llegaba unos minutos después y la acompañaba en su silencio, y después, llegaba Jaeden: Su mejor amigo.

– Llegó temprano, felicítenlo — comentó Annie después de tomar un sorbo de su café.

– Nuevo ciclo,  nuevo yo dijo la señora que sigo en Instagram — dijo Jaeden con una sonrisa plana y se sentó en medio de las dos, las cuales soltaron una risa. – Oye tu, ni un hola — el chico dirigió su mirada hacia Delilah y la observo un momento, haciendo que esta saliera de su trance.

– ¡Ay! Perdón, estaba viendo la pared — respondió la castaña con una sonrisa.

– Bueno, si la pared se llama Finn Wolfhard. — Annie señaló al castaño llegando con 3 de sus amigos detrás, tenia el mismo aspecto de siempre. Ojeras y el cabello despeinado, siempre tenía la camisa desordenada y eso justamente lo hacía verse bien.

— ¡Mentira!, no lo estaba viendo. Ni siquiera le he hablado.

— ¿Y qué? ambos sabemos que siempre te imaginas como le das un chapesote todas las noches. — dijo Jaeden mientras la miraba tratando de no reír, haciendo que la chica sonriera nerviosamente.

— No no no, ¿sabes qué? Ya me voy. — se levantó de su asiento y caminó hacia su primera clase con su licuado en mano, mirando hacia el piso.

                              1 hora antes.

El chico de cabello rizado se levantó de aquella cama en el motel, viendo a la mujer desnuda a su lado. La observó un momento para después levantarse y tomar la ropa que quedaba en el suelo. Aprovechando que nadie lo había corrido de la habitación tomó un baño y salió hacia la escuela, la cual le parecía bastante boba. Pero apreciaba el fanatismo que las personas tenían por el.

Subió a su auto despeinándose el cabello y comenzó a manejar mientras fumaba un cigarrillo.

El primer día de clases de todos los ciclos escolares desde que el se encontraba ahí consistía en 3 cosas.

1.- Risas nerviosas de mujeres al verlo pasar.
2.- Alguna chica acercándose a el para pedirle su número.
3.- Cogía con alguien en el baño.

Y cualquiera de las tres cosas le provocaba una sonrisa llena de satisfacción. 

Caminando por los pasillos de aquella escuela, se recargó en uno de los casilleros esperando a que todos asistieran a sus clases, dejándolo a el fumar tranquilamente.

                                  •    •    •

Como de costumbre, Delilah entro hacia sus clases, poniendo mas atención de la que debería en aquel viejo profesor y sus palabras llenas de aburrimiento, pero como siempre había sido, a ella le entretenía la historia. Se olvidaba de un pequeño detalle, su menstruación llegaría aquel día y la conmoción de empezar un ciclo escolar había echo que lo olvidara por completo, así que al voltear hacia su pantalón y ver aquella mancha roja, se estiró tomando discretamente un tampon de su mochila y lo escondió en su manga. Pidió permiso para ir hacia el baño y enredó su suéter alrededor de su cadera.

Salió del aula y camino hacia el baño de mujeres que se encontraba lejos de ahí. Iba tan distraída mirando el piso y choco con alguien mucho más alto que ella. Nada más ni nada menos que con Finn Wolfhard. El chico arqueó una ceja y la observo.

– ¿Acaso no ves por donde caminas?

— Iba distraída, lo siento — susurró la chica de manera tímida mirando hacia el suelo.

— ¿Perdón? Nah, eso que. Arrodíllate y vuelve a decirlo.

— Tengo que irme...

— ¿Y eso a mi qué? Arrodíllate y discúlpate, niña.

— No voy a hacerlo...

— Hazlo — comentó el chico alzando un poco la voz mientras su mirada estaba clavada en la chica. Esta no tuvo opción y comenzó a arrodillarse, simplemente volteó a verlo sin producir ninguna palabra, el poco orgullo que tenía no se lo permitía. El contrario esbozó una sonrisa, era un ángulo que disfrutaba de cada mujer y le causaba satisfacción ver hacia donde llegaba su altura.

— ¿Puedo irme? — murmuró la chica.

— No me has pedido perdón. Pídeme perdón.

— ¿Por qué exactamente?

— Por chocarte conmigo, ahora discúlpate. — Espero un momento y al ver que la chica no decía nada volvió a hablar. — Discul-

– ¡NO QUIERO DISCULPARME! — la castaña tenía poca paciencia, y miro al contrario por unos minutos para después levantarse y correr hacia el baño de mujeres.

El joven se quedó impresionado ante sus acciones, su comportamiento había sido lo suficientemente sumiso como para poder revelarse y simplemente la vio correr con una sonrisa burlona. Siguió su camino hasta sus clases donde se dedicaría a ver a algún otro lado en mala postura, fingiendo que ponía atención.


Al momento de la salida se recargo en su coche acompañado de ambos de 3 de sus amigos, Caleb, Noah y Wyatt.

— ¿Qué no es ella la que gritó en el pasillo? — preguntó Caleb mientras miraba como Delilah salía acompañada de dos de sus amigos.

— Ah si, no la veas mucho, es mía. — comentó Finn con una sonrisa para después exhalar el humo del cigarro, haciendo que sus amigos soltaran una risa.

— ¿Tan rápido nueva presa? — Dijo Wyatt.

— Qué te importa — el pelinegro sé recargo en el auto empujando su cabeza hacia atrás, volviendo a exhalar el humo del cigarrillo.

𝐇𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚𝐧 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭 - 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora