La curiosidad que Delilah tenía por el chico seguía creciendo. Nunca se sabia que palabras fueran a salir de su boca y que acciones tomaría. Pero siempre tenían una profunda reacción en la castaña.
Delilah nunca se considero como una persona de mal aspecto, al contrario, siempre se sintió satisfecha con su físico, ya que aparte de eso, lo cuidaba mucho. Su cabello era castaño muy claro, tenía los ojos verdes al igual que dos aceitunas, y sus facciones en general eran suaves.
Llegó a su casillero al igual que Jaeden, y cuando el chico terminó de guardar sus cosas se dirigió hacia ella.
— ¿Sabias qué hay una reunión en casa de alguien?
— No voy a ir a ninguna fiesta contigo.
— Dije reunión, no fiesta.
— no quiero, no insistas. — lo miró un momento y se dio la vuelta para después seguir con su camino.
El transcurso del día fue normal, pero algo que si la extraño fue no haber visto al chico rizado en todo ese plazo de tiempo. Al momento de la salida revisó el estacionamiento sin encontrar el auto del pelinegro, algo que la hizo darse cuenta de que la única cosa que la emocionaba de aquella escuela era encontrarse con el chico. Pero algo que si vio fue a la bola de los amigos de Finn, riéndose y fumando como lo hacían siempre. Recogió el valor para acercarse a los 3 chicos, con sus manos sobre los tirantes de su mochila y tratando de aguantar la respiración, para así no oler el humo del cigarro.
— Buenas tardes... —murmuró la chica interrumpiendo las risas y la plática que estos mantenían.
Un chico de cabello castaño y ojos verdes dirigió su mirada hacia esta, alzó las cejas y esbozó una sonrisa, así mismo acercándose a ella mientras los demás guardaban silencio.
— Buenas tardes, Delilah.
— Uh bueno...quería preguntarte algo acerca de...
— ¿Finn? Ah si, está enfermo. —dijo el chico mirando alrededor, diciendo esto sin mucha importancia.
— ¿Se siente bien? ¿Es muy grave?
— Supongo que si está enfermo no debería sentirse bien, ¿o si? —alzó una ceja en su dirección.— Mi nombre es Noah, un placer conocerte.
—Eh...hola, Noah. —dijo bajando la mirada a sus zapatos.
— Si si, ¿algo más? —pronunció el chico sacando una cajetilla de cigarros de su bolsillo, lo cual hizo que Delilah tuviera más prisa por irse.
— Si si, era todo, gracias...Noah —dio la media vuelta y camino hacia su auto en el cual abandonó el lugar.
—¿Por qué le mentiste? —preguntó Caleb, recargándose en la pared mientras observaba al castaño prender su cigarrillo.
— Porque si deja de buscar a Finn ella será para mi, ¿eres idiota?— respondió este sacando el humo por su boca.
—Pero si Finn se entera estarás muerto y no habrá quien te defienda. —murmuró Wyatt, un chico de cabello rizado el cual no solía hablar mucho.
—¿Y qué? ¿Piensas decirle?—lo miró con una ceja arqueada, esperando su respuesta. Wyatt solo negó y volvió a mirar al piso, en donde mantuvo su mirada por un tiempo.
Mientras tanto, Delilah manejaba a su casa sin poder quitar a Finn de su mente, y se preguntaba porque tenía un efecto tan grande en ella, si apenas este y le hablaba. Mantenía al chico en su cabeza sin poder sacarlo en algún momento, pero como siempre, Delilah buscaba una manera de justificar sus pensamientos.
«Bueno, es que está enfermo y me importa saber que está bien»
Y en un mar de pensamientos fue cuando Jaeden propuso una pijamada en la casa de Annie, y a las 9:30, Delilah ya se encontraba en la casa de su amiga.

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𝐇𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚𝐧 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭 - 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝
RomanceDelilah Harper siempre había tenido un conflictivo Crush en Finn Wolfhard, pero verdaderamente, nunca había considerado la posibilidad en que este llegara a verla como una opción, hasta que un día las cosas dan un inesperado giro.