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2 semanas habían pasado desde ese encuentro, y el rizado no había vuelto a aparecer desde entonces.

Era semana de exámenes, y Delilah siempre estaba alterada en esos tiempos. Se encontraba en el corredor de los baños, escondida en su teléfono ya que le intimidaba ese lugar, solo estaba ahí para esperar a Annie.

Hasta que con su vista periférica logró ver a un chico que salía del baño de hombres. No le presto atención, ya que no creía que esté fuera a dirigirse hacia ella, pero lo hizo, recargándose a su lado.

— hola — le saludo esté mirando al teléfono de Delilah, y al ver que está no respondió soltó una risa— puedes dejar de estar saliendo y metiéndote en aplicaciones, yo también hago ese truco.

Delilah solo se sonrojo y levantó un poco la mirada algo apenada, le sonrió levemente y guardó su celular.

— lo siento, hola, soy Delilah —respondió de manera amigable mientras acomodaba su cabello.

— ah si, lo se. —el chico pasó sus manos por su cabello acomodándolo para después desviar la mirada. Este daba las mismas vibras que Finn, y se le hacía muy conocido, así que decidió preguntar lo siguiente.

—disculpa, ¿Cual es tu nombre?

—Noah —este volteó a verla y le sonrió. — ¿sabes? tienes facciones lindas.

— uh, muchas gracias

— claro... -dijo recorriéndola con la mirada, relamiendo su labio inferior. — ¿te gustaría salir?

la pregunta la extraño un poco, pero sabiendo que este era amigo de Finn, tal vez se encontraría con el pelinegro, así que accedió con algo de inseguridad.

Después de clases se encontró con el chico afuera de la escuela. Este le sonrió y apagó el cigarro que estaba entré sus dedos, para después abrirle la puerta de su carro.

— ¿tuviste examen? —dijo la chica rompiendo el silencio.

— no entre a la clase.

— vas a reprobar entonces!

— ¿y? —este río y se estacionó frente al restaurante.

No era más que otro restaurante de alitas de pollo, este no se veía mal, entonces ambos entraron y ordenaron su comida.

—ehh...noah?

— ¿eh? —noah volteo a verla alzando una ceja.

— ¿sabes sobre Finn? no ha venido a clase desde hace una semana. —miró nerviosamente sus manos y comenzó a jugar con ellas.

noah solamente alzó las cejas en forma de disgusto y desvió la mirada. — ¿por qué te importa tanto? déjalo ir, ya luego lo verás.

— solo quiero saber si esta bien!

— no seas una puta obsesionada, no es para tanto. —volvió a verla.

la chica se limitó a encogerse de hombros, el comentario la disgustó bastante y solamente comió en silencio, hasta que escucho como la puerta del restaurante volvía a abrirse.

— ¿qué haces aquí? —preguntó una voz conocida en un tono serio, el cual hizo que Noah riera y se volteara hacia donde venía la voz. Finn se encontraba parado detrás de el, alzando las cejas mientras esperaba una respuesta.

— Delilah y yo tenemos una cita, ¿cierto? —contestó Noah, obviamente tratando de provocar a su "amigo", pero el comentario no le hizo gracia ni a la chica ni a Finn.

— eh...no es una cita...solo vinimos a comer. —dijo Delilah apresuradamente.

Finn lo miro de manera seria, a lo cual Noah lo miraba con expresión calmada y hasta con un poco de gracia.

— vete. —le dijo Finn aún con un tono serio, mirando fijamente al castaño el cual volvió a reírse pero el contrario no parecía estar bromeando.

Después de unos segundos, Noah solo se levanto, dejo dinero en la mesa y salió del restaurante.

Finn volteo a ver a Delilah, y esta no era capaz de reconocer el alivio que representaba ver al rizado: pero este solo se dio la vuelta y salió del restaurante.

Delilah se levanto y salió detrás de el.

— ¡Finn! ¡vuelve! —dijo corriendo detrás de el para después tomar su hombro tratando de que se detuviera.

— me voy unos días y ya intentas coger con mis amigos. —respondió este mirándola aún de manera seria. — eres un juego, Delilah.

esta solo frunció el ceño y lo miro fijamente. — ¡Yo no intento coger con nadie! solo vinimos a comer porque el fue amable, es todo.

— Si si mira, yo solo quiero sexo, y si no puedes dármelo mejor deja de pensar en mi, ¿Si? —le dedicó una sonrisa plana y volvió a darse la vuelta, subiéndose a su auto y saliendo del lugar.

Delilah suspiro así mismo caminando hacia su auto, y condució hacia su casa con algunas lagrimas en sus ojos. por alguna razón, esas palabras habían tenido un gran impacto en ella. no, no estaba obsesionada sin embargo era como todas las películas y libros de romance decían, "no podía sacarlo de su cabeza". Pero de que servía intentarlo?, si a él solamente le interesaba abrir sus piernas.

𝐇𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚𝐧 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭 - 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora