Parte 1

118 10 3
                                    

Me encontraba empacando para viajar el día de mañana a Boston.

Mi amiga, de nombre Jane, me esperaría en el aeropuerto.

Jonathan entró a la habitación, y se acercó en ayudarme con mi maleta.

—Gracias por ayudarme—Me volteé a mirarlo y coloque mis brazos alrededor de su cuello, el rodeó mi cintura, acercándome a él.

—Quisiera que no te vayas, pero es trabajo—Beso mis labios y prosiguió con mi cuello. Suspiré pesadamente, lo echaría de menos.

—Lo sé—Dije en un leve gemido.

El teléfono de nuestro apartamento comenzó a sonar, asustandonos a ambos y rompiendo el momento romántico entre nosotros.

—Yo contestaré—Se separó de mí y se dirigió a la sala.

Continúe empacando lo último que faltaba. Escuché a Jonathan tirar algo al suelo.

Corrí apresuradamente a la sala, encontrándome con Jonathan tirado al suelo, sin ninguna expresión en su rostro. Como si se encontrara en un estado de shock.

Me acerqué a él y lo abrace fuertemente. Él tardó en corresponder, pero lo hizo.

—¿Qué sucedió amor?—Pregunté acariciando su cabello. Él suspiro profundamente y me miró a los ojos.

—Mi padre está enfermo—Murmuró en un hilo de voz.

—Lo siento, sí gustas vamos a México para saber en qué podemos ayudar—Comenté, mientras acariciaba la frente de Jonathan. Él negó.

—Yo iré, no quiero que está oportunidad de trabajo no la cumplas—Nos miramos a los ojos y asentí.

—Quiero estar en este momento contigo, sabes que te amo y quiero apoyarte—

—Yo también te amo y quiero que cumplas tus sueños, recuerda que no quiero interponerme en tu trabajo. Siempre has estado para mí—Besó mis labios.

—De acuerdo, te ayudaré a empacar, vamos—Me levanté del suelo, y le tendí mi mano, él acepto y repitió mi acción. Fuimos a nuestra habitación.

—¿En México hace mucho calor?—Preguntó Jonathan con la mirada pérdida, enfocado en mí.

—Sí, lleva un abrigo por cualquier duda—Doblaba un par de pantalones y los metía en la maleta.

—De acuerdo, buen punto—Descolgó un abrigo del clóset y lo metió en la maleta. La mía aún le faltaba un par de cosas.

—Exacto, bueno, seguiré empacando, para irnos juntos al aeropuerto mañana. ¿A qué hora quieres que sea tu vuelo?—Pregunté a Jonathan, mientras escogía la lencería que Jane quería que utilizará para una sesión de fotos, donde no dijo ningún detalle en absoluto.

—A primera hora, si es posible. ¿Por qué la lencería?—Dijo y miró curioso lo que colocaba dentro de mi maleta.

—Jane quiere realizar una sesión de fotos y no me explico el motivo. De acuerdo buscaré en la computadora si hay vuelos disponibles a México—Me dirigí al escritorio, buscando vuelos y por suerte, había uno a las siete de la mañana.

—¿Por qué le tienes tanta confianza?—Preguntó cerrando mi maleta y dirigiéndose al escritorio.

—Es mi primer amiga aquí, descuida. Encontré un boleto a las siete. ¿Esta bien?—

—Cierto, me parece perfecto, gracias amor. Es mejor que descansemos, mañana será un día largo—Bostezo.

—No te escaparas de mí y de mis abrazos en esta noche. Ya quedó tu boleto—Me levanté, recogí el boleto de la impresora y se lo entregué.

Cambié por una cómoda pijama y me acosté en la cama. Jonathan se encontraba empacando su maleta. Era tiempo indefinido que iba a México.

Y si podía, lo alcanzaría allá. No era mala idea visitar a mi familia.

—¿Ya tienes todo listo?—Preguntó Jon. Mientras dejaba su maleta en un extremo de la puerta. Asentí.

—Si cerraste mi maleta, supongo que sí—Reí.

—De acuerdo, yo observé que empacaste lo necesario—

—Lo hice, espero que tú también—Cubrí mi cuerpo con las sábanas.

—Sí, todo está listo—Se quitó los pantalones y camisa. Y entró a las sábanas junto a mí. Abrazando mi cintura.

—¿Cómo te sientes?—Pregunté con los ojos cerrados.

—Tengo mucho miedo, no me siento preparado de perder a mi papá. Mis papás son lo más importante que tengo—Me volteé para verlo y besé su mejilla.

—No puedo prometer que todo estará bien, pero hay que tener fé, tu familia es fuerte e increíble, como lo eres tú, por eso me enamoré de ti—Jonathan sonrió con una mueca. Me dio un corto beso en los labios.

—Te quiero, gracias por estar aquí, pero como lo prometí, no quiero interponerme en tu trabajo. Si puedes, alcanzame en México—Asentí y lo abracé fuertemente. Con un brazo alcanzó la lámpara y la apagó. Quedando en una oscuridad, la cuál, me hacía dudar en viajar a Boston.

Quería estar en este momento complicado y difícil con él, pero no quería interponerse en mi trabajo, aunque sabía que podría cancelar todo, para estar con él y no quería ser egoísta, que dilema, pero que gran sujeto tengo de pareja. De tanto pensarlo, me quedé dormida.

Dirty Dawg (NKOTB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora