Me desperté asustada. Mi pecho subía y bajaba rápidamente, mientras que mi respiración era agitada. Me encontraba en una habitación que no era la mía. Me paré alterada y abrí la puerta de la habitación para dirigirme hacia la salida. Ni siquiera pensé si la persona que me trajo hasta aquí podría estar ahí en el comedor o en dónde sea.
Al intentar abrir la puerta de la entrada, no abría. La maldita puerta estaba cerrada con llave. Me giré mirando a mí alrededor y tratando de pensar dónde podrían estar las llaves. El lugar era agradable, de una persona ordenada y limpia. Todo lo que estaba allí se encontraba en perfecto estado.
Comencé a buscar desesperadamente las llaves. En alguna parte tendrían que estar ¿no? ¡Es increible! No llevo ni un maldito mes en este pueblo y me pasa de todo un poco. Cerré los ojos con fuerza suspirando.
—¿Buscas las llaves?
Oh, no. ¡Esa voz! ¿Qué hace él aquí?
—¿Dónde estoy? —fue lo único que pude decir.
—En un parque, ¿tú que crees? En mi casa, obviamente. —contesta sarcásticamente.
—¿Por qué estoy aquí? ¿Quién me ha traído?
—A noche casi te matan. Gracias a mí estás viva. Sólo alcanzó a golpearte la cabeza.
Fruncí el ceño y lo miré. —Ése tipo sabe sobre la muerte de mis padres. Él me dijo que no sabían que mis padres tenían una hija y que mi nana me mantuvo muy bien escondida. ¿Cómo demonios sabe sobre mis padres e incluso mi nana? Y tampoco entiendo por qué razón siempre que está a punto de ocurrirme algo apareces tú, así como así. —comencé a hablar muy rápido.
Estaba muy confundida y al no tener las respuestas a mis preguntas me frustraba mucho más.
-¿Es que acaso yo tengo en la cara un cartel que dice "Tengo las respuestas a tus preguntas"? Yo creo que no—dice de manera tajante—. Mira, muñequita, hay muchas cosas que no sabes aún, pero tranquila, ya tendrás las respuestas a tus dudas.
Comenzó a caminar hacia mí con una mirada intimidante. No sabia qué hacer, mis piernas no reaccionaban para moverse. Luego de unos segundos en el que él ya se encontraba a muy pocos centímetros de mí, mis piernas reaccionaron para caminar hacia atrás, chocando mi espalda contra la muralla. Una vez cerca nuevamente, dijo:
—Las apariencias engañan, muñequita.
**
El parque se encontraba lleno de personas. Mientras caminaba veía a los niños jugar alegremente. Necesitaba pensar, estar sola por un momento, sin problemas. Jamás me había sentido tan confundida como ahora, llena de dudas.
Estuve como media hora intentando que el idiota de Jackson me abriera la puerta. Y sí, Jackson es su nombre.
Me senté en una banca y miré a mi alrededor pensativa. Luego de unos segundos apareció en mis pensamientos Elliot, ¿estará bien? Desde anoche que no sé nada de él.
Sentí que alguien se sentó a mi lado. Me sequé las lágrimas que se me habían escapado, y sorbí por la nariz antes de mirar quién se encontraba sentado. Era una anciana con su bastón, tenía la mirada al frente.
—¿Por qué lloras, niña? —Pregunta la anciana.
—No es nada importante. —niego con la cabeza.
—A veces es bueno desahogarse ¿sabes? —asentí—. Mi niña, no sé si habrás asentido, soy una anciana ciega.
—Oh, lo siento...
—Sea lo que sea que te suceda, tranquila, ya lo arreglarás. Debo irme, espero que estés bien.
—Gracias, adiós. —sonreí, aunque ella no pudiera verme.
Tal vez dormir me haga bien, descansar por un rato. Me levanté para caminar hacia mi apartamento. Al estar cerca de un resto-bar vi salir a Elliot. Era extraño verlo caminar y no en su auto.
—¡Hey! — al escucharme se da vuelta y me sonríe.
—Megan, ¿cómo estás? Me enteré de lo que sucedió anoche en la fiesta del instituto. Siguen investigando qué fue lo que sucedió para que sé produzca el apagón. —lo miré confundida. No sabía si reírme o qué. ¿Esto es una broma? Si él fue con nosotras.
—Disculpa, ¿qué dices, Elliot? —le di un leve golpe en el hombro—. Estuve muy preocupada por ti. Luego de que se apagaron las luces te desapareciste.
Me mira confundido. —Yo no fui a la fiesta, Megan. Estuve con unos amigos y no pude ir.
—Es que no... no puede ser. Tú mismo nos llevaste en tu auto a mí y tu hermana.
—¿Te encuentras bien, Megan? Mi auto está en el taller hace dos días. Mañana por la mañana debo ir a recogerlo.
No podía creer lo que Elliot me decía. Caroline está de testigo, ella más que nadie sabe que Elliot si estaba.
—¡Caroline estuvo con nosotros! Vayamos a tu casa y verás que te dirá lo mismo que yo. —asintió y caminamos juntos.
**
-No. Lo siento, Megan. Yo sólo recuerdo que estábamos en tu casa ambas y me surgió una llamado urgente, asique me fui. —dice Caroline.
Quedé boquiabierta, no podía estar pasando. No sabía de qué manera reaccionar. Sé que yo no estoy loca. Recuerdo muy bien todo lo que sucedió. Mi vida se está poniendo patas arribas.
—Tranquila, tal vez todo fue un sueño y lo has confundido con la realidad. A veces pasa—dice Elliot—. Ve a casa a descansar, si quieres te acompaño. —negué, saludé a ambos y me fui.
Estando a cuadras de mi apartamento, comenzó a aparecer el bosque en mi visión. No sabía si estaba imaginando o qué, pero podía ver que había alguien dentro del bosque, como si estuviera corriendo. Aceleré más el paso, estaba comenzando a asustarme y mi corazón latía más fuerte de lo normal.
Pude sentir unos pasos detrás de mí. Lo único que pude hacer fue apurarme más. Sea quién sea, me tomó del brazo y me hizo girar, quedando frente a frente. Era un hombre mayor, se veía de unos treinta y pico.
—Por fin nos vemos la cara —dice. Mi corazón latía fuerte. No sabía quién era y el hecho de que me agarre de esta forma me asusta aún más—. No te pongas pálida, lindura. ¿Sabes? Desde anoche estoy deseando tu cuello. Se ve tan lindo.
Asustada, me solté de su agarre y comencé a correr muy rápido hasta mi apartamento. Sentía como comenzaba a faltarme el aire, asique me detuve para recuperarlo. Miré hacia atrás y ya no había nadie. Al girarme me choqué nuevamente con el mismo tipo. ¿Cómo demonios llegó hasta aquí tan rápido?
—¿Por qué te escapas? ¿Me tienes miedo? —comenzó a caminar hacia mí—. Mira lo haremos más fácil. Te mataré, haré lo mismo que hicieron con tus padres. —no me dejó responder y me tomó girándome, quedando a espaldas de él. Sentí como hundía su rostro en mi cuello, depositando pequeños besos en él. Esto causaba asco en mí.
—Quisiera disfrutar un poco más, pero no podría. —cerré los ojos con fuerza preparada para lo que venía.
De pronto, ya no sentí más el contacto de su cuerpo contra el mío. Me giré asustada y vi como Jackson lo tenía sujeto con una mano al cuello. En cuestión de segundos Jackson lo tiró por los aires provocando que el cuerpo del tipo choque contra uno de los árboles del bosque. ¿De dónde sacó tanta fuerza? Era demasiada fuerza para una persona.
Jackson comenzó a acercarse a él, lo volvió a sujetar y le torció el cuello.
Dios mio.
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¡Ya me hicieron el tráiler! Les dejo el link en el primer comentario para que lo vean.
Créditos de Booktráiler: @Soylela
Foto Multimedia: Megan Sandford.