Dos años y medio después.
—Mi amor, ¿quieres agua? —me pregunta Jev mostrando una botella de agua mineral. Negué y le di una sonrisa.
Se preguntarán quién es Jev, bueno, él es mi novio. Sí, tengo novio. Desde que Jackson se fue estuve mal durante unas cuantas semanas o bueno, un mes. Intenté llamarlo varias veces pero no me atendía y eso me ponía peor y más aún sabiendo que lo traté como la mierda. Probablemente haya cambiado de número, quién sabe. Cuando me di cuenta de que él no volvería decidí seguir mi vida, empezar de cero. Mi relación con Caroline volvió hacer la misma de antes, ahora somos inseparables. Elliot empezó una relación hace casi un mes con una chica muy bonita, se llama Alice. Espero que ésta chica no le rompa el corazón.
Con respecto a Alex, su relación con Isabella no funcionó, pero hace cinco meses que está saliendo con una chica llamada Karla. Es muy tierna y dulce, tiene el cabello castaño, su piel no es muy blanca ni muy morena, si no, normal. Ojos color café y una sonrisa muy bonita. Es muy alegre y alocada al igual que Alex, son perfectos juntos. Prácticamente todos estábamos en una relación.
Con Jev llevamos un año y medio. Tuvimos nuestras discusiones como toda pareja, pero estamos bien. Todos terminamos nuestros estudios. Alex comenzó a estudiar medicina, Caroline abogacía y Elliot administración de empresas. Yo aún no elegí estudiar ninguna carrera, pero si trabajo para mantenerme. Caroline se ofreció a cuidar mi apartamento, asique por lo tanto ella se está quedando ahí.
Me costó tanto olvidarme de Jackson. En realidad no lo olvidé, aún lo quiero pero ya no puedo estar con él después de todo. Al principio me costó confiar en Jev, pero de a poco me fui encariñando y pasamos a ser más que amigos. Luego pasó. Lo hicimos. Ya no soy virgen. Sinceramente cuando lo hice imaginé estar con Jackson. Me sentí muy mal por imaginarlo a él.
Y volviendo al presente estamos buscando a mi hermano junto con Alex y Jev. Le mostré la carta a Alex y recordé a la anciana ciega del parque que me había hablado. Alex hizo un hechizo para localizarla y después de tanto esfuerzo lo logró. La buscamos y preguntamos por mi hermano ya que ella tenía que saber. Al principio se negó, no quería decirnos nada, seguimos insistiendo hasta que nos dijo su nombre y nos dio una foto de él. Lamentablemente no nos dio más información. En la foto que nos dio, él se veía de unos dieciséis años. Tiene cabello negro, ojos color miel y su tez blanca. Se llama Matt, estaba sorprendida, no podía creer que tuviera un hermano.
Ahora nos encontrábamos en Londres. Ya no aguantaba más seguir viajando. Fuimos a todo Europa y América del Norte.
Comencé a caminar hacía un quiosco para comprar tabletas de chocolate y un alfajor. Estaba muriendo de hambre más que de sed. Entré al quiosco y la voz de un chico me saludó, supongo que era el chico que atendía. Yo estaba distraída buscando el dinero en mis bolsillos.
—Dos tabletas de chocolate y un alfajor negro, por favor —dije sin mirar.
—Sí, claro.
Levanté mi viste y lo vi. Era él. Mi hermano. Es el mismo de la fotografía.
—Disculpa, ¿tú eres Matt? —él frunció el ceño y me miró extrañado.
—Sí. ¿Cómo lo sabes?
—Tú eres mi hermano —estaba temblando. No podía asimilar que lo haya encontrado después de casi un mes y medio viajando.
—¿Megan? ¿Eres tú? —se acercó a mí y acunó mi rostro. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. No eran lágrimas de tristeza, si no de felicidad. Encontré a mi hermano y en un simple quiosco.–¿Sabías que tenías una hermana? —pregunté emocionada.
—Sí, pero no sabía dónde estabas. Lo único que sabía de ti era tu nombre.