Cap 8

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A la mañana siguiente, coincidentemente, Milo y Camus se despertaron al mismo tiempo, y notaron su extraña e incómoda pocisión.

Milo de nuevo se alejo de el intuitivamente, pero otra vez se volvió a caer.

— ¿Estás bien Milo? -

Le pregunto Camus que seguía en la cama viendo a Milo en el piso. Ella levantó su mano con un pulgar arriba.
Consecutivamente ella se levantó del piso, y se masageo su espalda, porque la caida le había lastimado.
Milo se dirigió a la casa de Escorpio literalmente corriendo, allá estaba su armadura, y como había dicho antes era su labor como caballero dorado.

— eh Milo, ¿Ya te vas? -

— si, nos vemos después - y salió corriendo de la casa de acuario hasta la de Escorpio.

Camus miro como se iba, y recordó como se cayó de la cama, y no pudo evitar reírse.

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Milo ya en la casa de Escorpio, se puso su armadura lo más rápido posible y solo quedaba vigilar.
Exactamente eran las seis de la mañana, Milo estaba tranquila, respirando el aire fresco de la mañana, cuando alguien interrumpió su calma.

— Hola princesa, veo que el hielito ya te dejo salir a pasear, pero que tal vez si vamos a pasear los dos - Era Aioros.

Milo se contuvo de darle un golpe en la cara o hasta darle la aguja de Antares, pero mejor cambio de opinión, y lo saco a empujones de la casa de Escorpio.

— Agh, ¿¡Porque no me dejan en paz!?-
Se dijo así misma, y no pasaron ni dos minutos cuando otro se infiltró en la casa de Escorpio.

— hola bebé, que bueno que nos volvemos a ver- era Saga quien estaba a centímetros de su cuellos por atrás de ella.

El tomo las ma os de Milo y la pego a la pared encerrando la entre sus brazos.

— Saga, quítate!!!! -

— ay princesa, me encanta cuando te enojas, pero yo no me rindo tan fácil, me entere de lo que te hizo esa cabra de Shura, pero yo soy diferente -

Saga se acercaba a la boca de Milo, pero ella lo interrumpió con algo que efectivamente serviría.

— aguja escarlata!!  -

Así pudo alejar a Saga, y causarle daño, y a la vez poderlo sacar a patadas de la casa de Escorpio.

— otro inútil fuera -

Ella siguió haciendo su trabajo vigilando, aunque después de un rato recordó que no era tan interesante lo que hacía, o hasta que vio llegar al caballero de acuario.

— mm? ¿Qué estás haciendo aquí Camus?

Dijo Milo, sin poder evitar hacer una sonrisa en su cara.

— quería ver si estabas bien, ya sabes, porque. . . .tu ya sabes el porque, no tengo que explicarte

Le respondió Camus un poco más nervioso de lo normal, mientras que ella no pudo evitar hacer una sonrisa picarona para luego solté una carcajada.

— jaja, está bien, no te preocupes por mi cubito, puedo cuidarme sola

— n-no es que me importe, s-sabes que si te pasa algo, tendríamos que buscar un reemplazo y no es fácil hacerlo.

— como digas, bueno deberías irte y cuidar la casa de Acuario

— eso es lo que iba a hacer, nos vemos

— adiós!!

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Ayúdame camus. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora